El Papa Francisco pidió este 9 de junio actualizar "el arte litúrgico, la 'moda' litúrgica" para aplicar la reforma del Concilio Vaticano II.
Al recibir en el Vaticano a obispos y sacerdotes de la isla italiana de Sicilia, el Santo Padre destacó la actualidad de la encíclica Evangelii nuntiandi de San Pablo VI que en el número 48 abordó la importancia de liberar a la piedad popular de todo "gesto supersticioso".
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Además, el Papa Francisco reconoció le preocupa, le inquieta bastante, la aplicación de la reforma del Concilio Vaticano II.
"No quisiera terminar sin mencionar algo que me preocupa, me inquieta bastante. Me pregunto: la reforma que ha iniciado el Concilio, ¿cómo va entre ustedes? La piedad popular es una gran riqueza y debemos guardarla, acompañarla para que no se pierda. También educarla. Sobre esto, lean el número 48 de la Evangelii nuntiandi, que tiene plena vigencia, lo que San Pablo VI nos dijo sobre la piedad popular: liberarla de todo gesto supersticioso y tomar la sustancia que lleva dentro", dijo el Papa.
En esta línea, el Santo Padre cuestionó cómo celebran las liturgias porque no va a Misa en Sicilia pero, "he visto fotografías" y agregó "hablo con claridad: estimados, todavía los encajes, las monedas..., pero ¿dónde estamos? ¡Sesenta años después del Concilio! ¡Un poco de actualización incluso en el arte litúrgico, en la 'moda' litúrgica!", afirmó el Papa.
En este sentido, el Pontífice añadió que "sí, a veces traer un poco de encaje de la abuela va. Es para homenajear a la abuela, ¿no? ¿Entendieron todo? ¿verdad? Está bien homenajear a la abuela, pero es mejor celebrar a la madre, a la santa madre Iglesia, y como la madre Iglesia quiere ser celebrada. Y que la insularidad no impida la verdadera reforma litúrgica que el Concilio ha propuesto. Y no se queden inmóviles".
Asimismo, el Papa sugirió a los presbíteros poner atención al predicar homilías porque "la gente quiere sustancia. Un pensamiento, un sentimiento y una imagen, y lo llevan durante toda la semana".
"No sé cómo predican los sacerdotes sicilianos, si predican como se sugiere en la Evangelii gaudium o si predican de tal manera que la gente sale a fumar un cigarrillo y luego vuelve... Esos sermones en los que se habla de todo y de nada. Tengan en cuenta que después de ocho minutos la atención decae, y la gente quiere sustancia. Un pensamiento, un sentimiento y una imagen, y lo llevan durante toda la semana", concluyó el Papa.