El Santuario de Nuestra Señora de la Piedad, en Brasil, denunció que sufrió actos de vandalismo y la destrucción de parte de sus instalaciones, tras ser obligado por el gobierno estatal a retirar el control de acceso que garantizaba la protección del complejo mariano.
El 5 de junio, el Santuario señaló en sus redes sociales que sufrió el destrozo de sus baños, actos de hostigamiento contra sus trabajadores, y el riesgo de que los peregrinos sufran accidentes y se produzcan daños ambientales, luego que un grupo de motociclistas realizaran maniobras arriesgadas en el trayecto que conduce a la iglesia.
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La Basílica de Nuestra Señora de la Piedad se ubica en la cima de la Sierra de la Piedad, una montaña ubicada en el municipio de Caeté, estado de Minas Gerais. Para ingresar al complejo mariano, los peregrinos deben transitar por la autopista AMG-1235.
El control de acceso al santuario se ubica en la autopista, a unos 5 kilómetros de la basílica, y desde ese lugar el territorio está bajo el cuidado de la Arquidiócesis de Belo Horizonte.
Esta barrera servía para regular el flujo de peregrinos que visitaban el complejo mariano, garantizar la seguridad de los visitantes y preservar la zona de sufrir daños ambientales.
Sin embargo, el 3 de junio, el Departamento de Edificaciones y Carreteras de Minas Gerais notificó al Santuario que retire el control de acceso desde la autopista hasta la Estación de la Piedad, ubicada a solo 2 kilómetros de la iglesia.
Desde la Estación de la Piedad, los peregrinos pueden elegir entre caminar o viajar en el vehículo del santuario para llegar hasta la cima por 10 reales (unos 2 dólares), dinero que sirve para el cuidado ambiental y la preservación de todo el complejo arquitectónico.
En sus redes sociales, el Santuario dijo que la ordenanza del gobierno de Minas Gerais "ya tiene consecuencias", pues el sábado 4 de junio los motociclistas realizaron maniobras arriesgadas y bajaron la montaña "a gran velocidad".
También, lamentó que la ordenanza impide seguir utilizando su "exitoso sistema informático de programación de visitas", por lo que el santuario tuvo que afrontar "periodos de alta concentración de peregrinos y turistas".
Esta situación generó un atasco vehicular en la "estrecha autopista" que conduce al santuario, y el hecho de que los "autobuses compartieran espacio con los peregrinos" aumentó "el riesgo de accidentes y generó impactos ambientales".
Asimismo, denunció que los baños del complejo fueron destrozados. "La situación conflictiva generó enojo en muchas personas que hostigaron a los empleados del Santuario", explicaron.
El Departamento de Edificaciones y Carreteras de Minas Gerais afirmó en la ordenanza que la notificación al Santuario fue realizada el 16 de mayo. "Técnicamente, aún se está evaluando la posibilidad de restringir la circulación de vehículos en el tramo, por razones de seguridad vial, desde el punto donde se ubica la Estación de la Piedad hasta el final de la vía", señaló.
Además, la entidad del gobierno afirmó que la ordenanza regula solo la circulación en la autopista, y no el cobro por la visita al Santuario, que sigue siendo responsabilidad exclusiva de la Arquidiócesis de Belo Horizonte.
El 4 de junio, la Arquidiócesis de Belo Horizonte dijo que la autopista "está dentro de un territorio bajo el cuidado de la Iglesia Católica, que contempla espacios de oración, bienes culturales religiosos del siglo XVIII y grandes áreas verdes, con muchos animales salvajes".
"Sin la puerta, cualquier persona, incluso con malas intenciones, puede circular por este territorio, lo que aumenta el riesgo de atropellos, incendios y accidentes", subrayó.
La Arquidiócesis explicó que el aporte de los peregrinos se utiliza para mantener "bajo el cuidado de la Iglesia al equipo de colaboradores que hoy velan por todo el territorio de la Sierra de la Piedad".
Incluso con la retirada de la puerta, este monto económico "se seguirá solicitando a los turistas y peregrinos" que acuden a la cima del Santuario.
Sin el control de acceso, "todo el conjunto natural, paisajístico, histórico, cultural y religioso estará más expuesto a la acción de vandalismos y ciertos hechos evitables –accidentes de tránsito, incendios, consumo de drogas, entre otras situaciones que son inhibidas por la simple identificación que se presenta al subir y bajar la Sierra de la Piedad", concluyó.
Traducido y adaptado por Cynthia Pérez. Publicado originalmente en ACI Digital.