Este miércoles 8 de junio, el Papa Francisco presidió la Audiencia General desde la Plaza de San Pedro, donde continuó con sus catequesis sobre la vejez.
Tras saludar a los fieles desde el papamóvil, el Papa Francisco se dirigió hasta el altar ayudado de un bastón.
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El Santo Padre reflexionó sobre Nicodemo, uno de los ancianos más relevantes del Evangelio y destacó que Jesús le dijo que para "ver el reino de Dios" es necesario "renacer de lo alto" (cfr v. 3).
"No se trata de empezar de nuevo a nacer, de repetir nuestra venida al mundo, esperando que una nueva reencarnación abra de nuevo nuestra posibilidad de una vida mejor", explicó el Papa.
A continuación, el Santo Padre lamentó que "nuestra época y nuestra cultura, que muestran una preocupante tendencia a considerar el nacimiento de un hijo como una simple cuestión de producción y de reproducción biológica del ser humano, cultivan el mito de la eterna juventud como la obsesión desesperada de una carne incorruptible".
También se preguntó la razón por la que la vejez es despreciada y aseguró que esto se debe a que "lleva la evidencia irrefutable de la destitución de este mito, que quisiera hacernos volver al vientre de la madre, para volver siempre jóvenes en el cuerpo".
El Papa Fancisco dijo que "esperando vencer a la muerte, podemos mantener vivo el cuerpo con la medicina y los cosméticos, que ralentizan, esconden, eliminan la vejez" y ante esto explicó que "una cosa es el bienestar, otra cosa es la alimentación del mito".
"La vida en la tierra eS un inicio, no una conclusión: venimos al mundo así, como personas reales, para siempre", dijo el Papa.
En esta línea, el Pontífice explicó que gracias a la fe "nos volvemos capaces de ver realmente las muchas señales de aproximación de nuestra esperanza de cumplimiento de lo que, en nuestra vida, lleva la señal del destino para la eternidad de Dios".
El Santo Padre defendió que la vejez no debe "comunicar la nostalgia del nacimiento en el tiempo, sino el amor por el destino final".
"En esta perspectiva la vejez tiene una belleza única: caminamos hacia el Eterno", aseguró.
"El anciano camina hacia adelante, hacia el destino, hacia el cielo de Dios. La vejez por eso es un tiempo especial para disolver el futuro de la ilusión tecnocrática de una supervivencia biológica y robótica, pero sobre todo porque abre a la ternura del vientre creador y generador de Dios", defendió el Papa Francisco.
Además, aseguró que los ancianos son "mensajeros del futuro, de la ternura y de la sabiduría de una vida vivida" y defendió que las arrugas "son un símbolo de experiencia, un símbolo de vida, un símbolo de madurez, un símbolo de haber hecho un viaje".
"Lo que interesa es toda la personalidad, lo que interesa es el corazón, y el corazón permanece con esa juventud del buen vino, que cuanto más envejece mejor es", defendió.
"Que el Espíritu nos conceda la reapertura de esta misión espiritual y cultural de la vejez, que nos reconcilia con el nacimiento de lo alto", concluyó el Papa.
Por la paz en Europa
En los saludos a los peregrinos polacos, el Papa Francisco recordó que hoy se celebra el día de la reina Santa Eduviges, apóstol de Lituania y fundadora de la Universidad Jagellónica.
"Durante su canonización, San Juan Pablo II recordó que, gracias a su labor, Polonia se unió a Lituania y a Rusia".
"Confiad en su intercesión, rezando como ella al pie de la Cruz por la paz en Europa", pidió el Papa Francico.
Solemnidad Santísima Trinidad
El Papa también recordó que "el próximo domingo celebraremos la solemnidad de la Santísima Trinidad".
"Exhorto a todos a encontrar la conciencia de la presencia de la Trinidad en nuestra vida, gracias al Bautismo, el apoyo para hacer la voluntad del Señor en todas las circunstancias", concluyó.