El P. Jesús Silva, sacerdote español licenciado en Teología Patrística, responde en un video a la pregunta "¿Es pecado ser homosexual?".
"Que una persona sienta atracción por el mismo sexo no es pecado", precisó el sacerdote.
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"La Iglesia nos dice que estas personas están llamadas a la perfección, a la santidad, que hay que evitar todo tipo de juicio, discriminación o trato vejatorio. Eso nos lo dice el Catecismo de la Iglesia Católica", explicó el P. Silva.
El sacerdote indicó además que "lo que nos dice la Iglesia en continuidad con toda la tradición bíblica del Antiguo y del Nuevo Testamento, es que las relaciones sexuales están llamadas a tenerse entre un hombre y una mujer, en el contexto de un compromiso para toda la vida, por amor y en apertura a la vida, aunque no siempre vengan los hijos o hayan momentos en que es bueno espaciarlos".
En ese sentido, continuó, "cualquier uso de la sexualidad que no sea un acto de entrega de un hombre a una mujer, o de una mujer a un hombre en el contexto del matrimonio, la Iglesia nos dice que es algo desordenado, que no cumple el orden querido por Dios".
El P. Silva resaltó que en este tema la Iglesia no dice pecado sino "desorden, también en relación con los actos sexuales entre dos personas del mismo sexo porque no son complementarios entre hombre y mujer, no se dan en el compromiso del matrimonio y no están abiertos a la vida".
"Ser homosexual no es pecado, lo que es pecado es lo que nosotros podemos hacer con nuestro cuerpo", agregó.
En ese sentido, el sacerdote español refirió que una persona puede sentir "atracción por el mismo sexo, y de repente no lo puedo controlar y me atrae una persona, pues no hay nada de pecaminoso aunque sí puede ser desordenado".
Ahora, precisó el P. Silva, "si yo busco mi satisfacción, o realizar un acto sexual contrario al orden natural de las cosas, y desde luego, si estoy consciente de que está mal, estoy pecando, estoy cometiendo un pecado".
"La Iglesia nos dice que hay actos intrínsecamente malos. En ese sentido un acto sexual contranatura es un acto que no es ordenado y tiene visos de ser pecaminoso", concluyó.
Lo que enseña la Iglesia sobre la homosexualidad
La enseñanza católica sobre la homosexualidad está resumida en tres artículos del Catecismo de la Iglesia Católica: 2357, 2358 y 2359.
En estos artículos la Iglesia enseña que los homosexuales "deben ser acogidos con respeto, compasión y delicadeza. Se evitará, respecto a ellos, todo signo de discriminación injusta".
La homosexualidad como tendencia es "objetivamente desordenada" y "constituye para la mayoría de ellos (los homosexuales) una auténtica prueba".
Apoyado en la Sagrada Escritura, la Tradición ha enseñado siempre que "los actos homosexuales son intrínsecamente desordenados", "no proceden de una verdadera complementariedad afectiva y sexual", y por tanto "no pueden recibir aprobación en ningún caso".
"Las personas homosexuales están llamadas a la castidad" y "mediante el apoyo de una amistad desinteresada, de la oración y la gracia sacramental, pueden y deben acercarse gradual y resueltamente a la perfección cristiana".