Recientemente el Papa Francisco aprobó la canonización del Beato Artémides Zatti, un religioso y enfermero ítalo-argentino que dedicó su vida a cuidar a los enfermos y quien es considerado por el Santo Padre como un amigo espiritual.
El milagro atribuido a su intercesión consistió en la sanación de un hombre filipino que se estaba muriendo debido a un grave ictus isquémico en la cabeza, que fue agravado por una fuerte hemorragia.
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Según la Congregación para la Causa de los Santos, la curación tuvo lugar el 24 de agosto de 2016 en la ciudad de Tanauan, en la provincia de Batangas, Filipinas.
El 11 de agosto de 2016, el hombre filipino se quejó de mareos, arcadas y dificultad para caminar. Fue transportado a la sala de emergencias del "Centro Médico Daniel Mercado" en la ciudad de Tanauan, donde fue hospitalizado en estado grave.
Los exámenes clínicos revelaron accidente cerebrovascular isquémico cerebeloso derecho, complicado con una gran lesión hemorrágica.
El 13 de agosto de 2016, el estado del paciente empeoró. Transferido a la unidad de cuidados intensivos (UCI), los médicos recomendaron cirugía, pero la operación fue rechazada porque los familiares no tenían los medios económicos.
La familia lo llevó a casa el 21 de agosto de 2016, el hombre recibió la Unción de los Enfermos y solo se esperaba su muerte. Sin embargo, tres días más tarde el enfermo se quitó de pronto la sonda con la que se alimentaba y el oxígeno, y pidió que le dejaran comer. En los días siguientes retomó su vida normal.
El hermano del hombre filipino, coadjutor salesiano en Roma, había pedido por su recuperación, y el mismo día que fue ingresado en el hospital, comenzó a rezar por la intercesión del Beato Artemides Zatti.
El Papa Francisco aprobó el 9 de abril el milagro recibido por intercesión del Beato Zatti, preparando el camino para su canonización.
Sobre el Beato Artémides Zatti
Artemides Zatti nació en Italia, pero emigró a Argentina con su familia en 1897, a la edad de 16 años. La familia abandonó su tierra natal debido a la extrema pobreza. A la edad de nueve años, Zatti ya ayudaba a sus padres trabajando como peón.
De joven, Zatti asistió a una parroquia católica dirigida por los Salesianos de Don Bosco en la localidad argentina de Bahía Blanca. A los 20 años se unió a la candidatura para ser sacerdote salesiano.
Mientras vivía en la comunidad salesiana, Zatti contrajo tuberculosis después de cuidar a un joven sacerdote con la enfermedad.
Uno de los sacerdotes salesianos, enfermero, sugirió a Zatti que rezara por la intercesión de María Auxiliadora. El futuro santo le hizo la promesa de que si se curaba, dedicaría su vida a ayudar a los enfermos.
Zatti se curó de la tuberculosis y dijo sobre lo ocurrido: "Yo creí, prometí, fui sanado".
El joven inmigrante italiano abandonó la idea del sacerdocio y se hizo salesiano coadjutor, un cargo laico, para poder dedicarse al servicio en el campo de la medicina.
En 1915, a la edad de 35 años, Zatti se convirtió en director del hospital dirigido por los salesianos en Viedma, una ciudad en el centro de Argentina. Dos años más tarde, también se convirtió en el gerente de la farmacia y recibió su licencia como enfermero profesional.
Zatti no solo trabajaba en el hospital, sino que también viajaba a las periferias de Viedma ya la vecina ciudad de Carmen de Patagones para atender a los necesitados, y su fama de santo enfermero se extendió por esa zona de Argentina.
En 1950, tras caer de una escalera, Zatti comenzó a mostrar signos de cáncer de hígado. Continuó trabajando, pero el 15 de marzo de 1951, a la edad de 70 años, murió a causa de la enfermedad.
Artémides Zatti será el primer salesiano coadjutor en ser declarado santo.