La Iglesia en Costa Rica ingresó hoy en el año vocacional, convocado por el Episcopado nacional y en el que obispos, sacerdotes, religiosos y laicos comprometidos se darán a la tarea de buscar aspirantes a la vida sacerdotal.
Según cálculos de los obispos, Costa Rica enfrenta una situación sacerdotal difícil y se estima que en unos diez años un buen número de parroquias podrían no tener un presbítero a cargo.
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
Las estadísticas eclesiásticas son claras. En 1993, 224 jóvenes ingresaron al seminario pero solo 17 se ordenaron. Diez años después, en 2003 la situación empeoró pues de los 145 candidatos, solo nueve llegaron a sacerdotes. A pesar de que cada parroquia debería tener dos sacerdotes como mínimo, en la actualidad hay comunidades en las que solo hay uno con territorios sumamente extensos.
Mons. Oscar Fernández, Obispo de Puntarenas aseveró que con esta campaña buscarán posibles candidatos a sacerdotes en escuelas, colegios y pastorales juveniles, pidiéndoles que centren su mirada en Jesucristo como el sacerdote por excelencia.
“Dar la vida por Cristo y Su Iglesia es maravilloso, incluso en la enfermedad y el cansancio pues cuando el sacerdote se puede evangelizar, así como lo hizo Nuestro Señor en la Cruz”, aseguró el Prelado.
Por su parte, Mons. Hugo Barrantes, Arzobispo de San José, fue enfático en señalar que los monaguillos son posibles candidatos al sacerdocio igual que aquellos que integran las pastorales juveniles, pero aclaró que estas comunidades deben ser grupos de formación y no de entretenimiento o refugio de problemas personales.
“Si la parroquia cuenta con esos grupos, les deben dar la importancia del caso y formarlos pues de lo contrario el objetivo primordial que es darle un sentido cristiano a la vida de los jóvenes, se perderá”, agregó el Arzobispo.
La campaña vocacional durará un año y aunque no hay metas numéricas establecidas, se espera sembrar el deseo de discernir la vocación personal entre los jóvenes.