Para uno de los más conocidos “ángeles” de los “meninos da rúa” brasileños, los menores que viven en las calles de Rio de Janeiro no solo necesitan abrigo, casa y comida, sino también un lugar para encontrarse con Dios.
En declaraciones a Ayuda a la Iglesia Necesiada, el Padre Renato Chiera, presidente y fundador de la organización “Casa para Menores San Miguel Arcángel” en Brasil, expuso las necesidades pastorales de la más grande ONG que atiende a niños y adolescentes sin hogar en Rio.
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“Debido a la resistencia de la población hacia los niños de la calle, es casi imposible que utilicen capillas en el barrio”, señaló el sacerdote.
El Padre Chiera lamentó que los centros de atención no tengan capillas propias y tampoco dispongan de los recursos para construirlas.
Más de mil 300 niños viven en hogares temporales y son asistidos por unos cien trabajadores sociales y varios voluntarios. La organización del Padre Chiera pertenece a “Familia de Esperanza” y tiene vínculos con la espiritualidad de los focolares. Su primera aldea para niños de la calle se construyó hace 14 años.