El Obispo de Málaga (España), Mons. Jesús Catalá, criticó la reforma de la ley del aborto que promueve el Gobierno, y recordó que "la Iglesia es defensora de la vida y nadie tiene derecho a eliminar una vida humana, porque eso se llama asesinato".
Al participar en el desayuno informativo organizado por Nueva Economía Fórum el 19 de mayo, Mons. Catalá subrayó que "la Iglesia, desde hace 2.000 años, está a favor de la vida".
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"Estamos a favor de la vida humana en cualquier momento, desde la concepción, no desde el nacimiento, hasta la muerte natural", resaltó.
La reforma de la ley del aborto, impulada por el Gobierno encabezado por Pedro Sánchez, del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), pretende legalizar que las jóvenes menores de 16 y 17 años puedan abortar sin consentimiento de los padres, entre otros puntos controversiales.
Mons. Jesús Catalá lamentó luego que "un huevo de águila es ilegal destruirlo, con multa de hasta 100.000 euros, o dólares, y un año de prisión. Un embrión humano es legal matarlo por cualquier razón usando tus impuestos en una clínica de aborto. Está dicho todo".
El Obispo de Málaga continuó su defensa de la vida desde otra perspectiva, con el ejemplo de una joven de 16 años que confiesa a su madre haber abortado pero que para poder ir a la excursión del colegio, necesita una autorización de sus padres por escrito. "Muy ilustrativo", precisó el Prelado.
Respecto a la crisis que viven las familias, Mons. Jesús Catalá insistió en "protegerlas a capa y espada" y advirtió: "destrozar a la familia es destrozar a la sociedad".
"La Iglesia está a favor de la familia varón-hembra, varón-mujer, abierta a la vida, ese es el concepto de familia. Se añaden otros conceptos que no son familia, son parejas".
Pidió el Prelado más protección y apoyo social para las familias, y recordó que "el mejor bien de una sociedad es un ser humano, un ciudadano bien educado, capaz de aportar a la sociedad".
Mons. Jesús Catalá realizó una petición a las autoridades civiles respecto al papel de la Iglesia en el ámbito educativo: "Solo pido libertad de enseñanza. Que no nos estrangulen para que tengamos que cerrar colegios por normas, exigencias o ideologías".
El Prelado recordó que el derecho a educar a los hijos "no es un derecho de la escuela o del Obispado, sino de los padres".
El Obispo de Málaga pidió además "que nos dejen hacer, no cabe una única forma de educar. Somos una sociedad plural. Si lo somos, debe permitirse la posibilidad real de que haya una pluralidad educativa".
"Que le dejen hacer a la Iglesia porque hace mucho", concluyó.