La fundación pontificia Ayuda a la Iglesia Necesitada (ACN) llamó a los fieles católicos a unirse el 24 de mayo a la Jornada de Oración por la Iglesia en China, instituida en 2007 por Benedicto XVI y alentada también por el Papa Francisco.
Esta jornada de oración se celebra en el día de la Fiesta de María Auxiliadora, advocación mariana que es patrona de China, donde cuenta con una gran devoción.
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Antes de la pandemia de COVID-19, "miles de peregrinos cristianos visitaban cada año el santuario de María Auxiliadora de Sheshan, cerca de Shanghái", señaló ACN en una nota enviada a ACI Prensa este jueves.
La fundación pontificia recordó que en la carta a los obispos, sacerdotes y los fieles chinos, que publicó en el Domingo de Pentecostés de 2007, Benedicto XVI llamó a la Iglesia universal a rezar cada año por la Iglesia en China.
"El deseo de Benedicto XVI era promover la unidad en una comunidad que se había dividido en 'oficial' y 'clandestina', pero al mismo tiempo, fomentar la comunión entre toda la Iglesia católica y los católicos chinos. Por eso, en este día, todos los católicos están llamados a expresar su solidaridad con los cristianos en China", indicó ACN.
Asimismo, señaló que "la oración tiene como objetivo fortalecer a los católicos en su fe, especialmente en un momento en que el gobierno comunista chino restringe cada vez más el testimonio público y la práctica de la fe o incluso la proclamación explícita del Evangelio".
Pese al acuerdo sobre el nombramiento de obispos, firmado por el Vaticano y el Gobierno chino en septiembre de 2018, y renovado en octubre de 2020, el régimen comunista sigue ejerciendo presión sobre los católicos.
El episodio más reciente ocurrió el 11 de mayo de este año, con la detención por unas horas del Cardenal Joseph Zen Ze-kiun, Obispo Emérito de Hong Kong, quien es un gran crítico de las políticas chinas.
ACN destacó que el Papa Francisco ha apoyado y alentado esta iniciativa de oración por China desde el comienzo de su pontificado, tal como hizo el 23 de mayo de 2021 antes de la oración del Regina Caeli.
"Los invito a acompañar con ferviente oración a los fieles cristianos en China, nuestros queridísimos hermanos y hermanas, a quienes llevo en lo más profundo de mi corazón. Que el Espíritu Santo, protagonista de la misión de la Iglesia en el mundo, los guíe y ayude a ser portadores de la Buena Nueva, testigos de bondad y caridad, y constructores de justicia y paz en su país", expresó ese día.
En ese sentido, la fundación pontificia alentó "a los benefactores y amigos, y a todas las personas de buena voluntad, a unirse al Día Mundial de Oración por China, ya que la organización benéfica está convencida de que las oraciones son más necesarias que nunca para mover los corazones y las mentes de los todos aquellos que causan sufrimiento a los cristianos y otras minorías religiosas en China".
Para ello, se ha propuesto la oración que compuso Benedicto XVI en mayo de 2008, que pide a Nuestra Señora de Sheshan que "sostenga a todos aquellos en China que, en medio de sus pruebas diarias, continúan creyendo, esperando, amando. Que nunca tengan miedo de hablar de Jesús al mundo, y del mundo a Jesús".
La oración es la siguiente:
Virgen Santísima, Madre del Verbo Encarnado y Madre nuestra,
venerada con el título de 'Auxilio de los cristianos' en el Santuario de Sheshan,
a la que se dirige con devoción toda la Iglesia en China,
hoy venimos ante ti para implorar tu protección.
Mira al Pueblo de Dios y guíalo con solicitud maternal
por los caminos de la verdad y el amor, para que sea siempre
fermento de convivencia armónica entre todos los ciudadanos.
Con el dócil "sí" pronunciado en Nazaret, aceptaste que
el Hijo eterno de Dios se encarnara en tu seno virginal,
iniciando así en la historia la obra de la Redención,
en la que cooperaste después con solícita dedicación,
dejando que la espada del dolor traspasase tu alma,
hasta la hora suprema de la Cruz, cuando en el Calvario permaneciste
erguida junto a tu Hijo, que moría para que el hombre viviese.
Desde entonces llegaste a ser, de manera nueva,
Madre de todos los que acogen a tu Hijo Jesús en la fe
y lo siguen tomando su Cruz.
Madre de la esperanza, que en la oscuridad del Sábado Santo saliste
al encuentro de la mañana de Pascua con confianza inquebrantable,
concede a tus hijos la capacidad de discernir en cualquier situación,
incluso en las más tenebrosas, los signos de la presencia amorosa de Dios.
Señora nuestra de Sheshan, alienta el compromiso de quienes en China,
en medio de las fatigas cotidianas, siguen creyendo, esperando y amando,
para que nunca teman hablar de Jesús al mundo y del mundo a Jesús.
En la estatua que corona el Santuario tú muestras a tu Hijo
al mundo con los brazos abiertos en un gesto de amor.
Ayuda a los católicos a ser siempre testigos creíbles de este amor,
manteniéndose unidos a la roca de Pedro sobre la que está edificada la Iglesia.
Madre de China y de Asia, ruega por nosotros ahora y siempre. Amén.