En la Misa con ocasión del inicio del Año Jubilar por el 400 aniversario de la canonización de San Isidro Labrador, el Arzobispo de Madrid, Cardenal Carlos Osoro, alentó a los fieles a que le "regalemos tiempo a Jesús''. Ya sea personalmente o juntos, familias y parroquias".
Al presidir la Misa en la Colegiata de San Isidro, en Madrid, el Cardenal Osoro recordó que San Isidro Labrador fue canonizado junto a San Ignacio de Loyola, San Francisco Javier, San Felipe Neri y Santa Teresa de Jesús.
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El Purpurado también destacó la urgencia "por promover el valor y la dignidad de la familia, defender el trabajo digno y cuidar la tierra".
"San Isidro no fue un teórico de estas realidades, sino que fue un testigo cristiano de la importancia que estas tienen en la vida del hombre, en su dignidad de hijo de Dios", dijo.
La Misa fue concelebrada, entre otros, por el Arzobispo Emérito de Madrid, Cardenal Antonio María Rouco Varela; y el superior general emérito de los Misioneros Hijos del Inmaculado Corazón de María, Cardenal Aquilino Bocos.
Participaron además los obispos auxiliares de Madrid: Mons. Juan Antonio Martínez Camino, Mons. José Cobo y Mons. Jesús Vidal; el Nuncio Apostólico en España, Mons. Bernardito Auza; los vicarios episcopales y el párroco de la colegiata, P. Ángel Luis Miralles.
En su homilía, el Arzobispo de Madrid recordó que en San Isidro "contemplamos a un santo universal que se le invoca no solo en Madrid y en España. En todos los continentes hay parroquias, ermitas o santuarios con su nombre".
"Es imposible medir la efusión de gracia que, a lo largo de los siglos, ha llegado a los hombres a través de San Isidro", señaló.
"Que este jubileo toque el corazón de todos los que vivimos aquí y de quienes nos visitan. Que sea un año de compromiso personal y colectivo para pensar en el presente y en el futuro y en los cimientos con los que queremos construirlo", proclamó.
El Cardenal Osoro señaló que "testigos de la fe como san Isidro nos han facilitado descubrir la gloria del Señor por las maravillas que obra entre nosotros".
"Tras las huellas de nuestro patrón, la Iglesia diocesana quiere profesar y recibir el amor de Dios que nos salva. Este santo al que vamos a dedicar un año centró su vida en Jesucristo y así nos muestra la apasionante tarea de ser testigos del Evangelio".
El Arzobispo de Madrid insistió en que en este Año Santo "regalemos tiempo a Jesús. Ya sea personalmente o juntos, familias y parroquias, hagamos el camino de San Isidro. Visitemos esta colegiata donde permanecen su cuerpo y el de su esposa, santa María de la Cabeza".
Finalizó su homilía el Purpurado recordando a San Agustín en su frase "el que quiere vivir, elige amar", subrayando que "eso fue lo que eligió San Isidro. Especialmente en este Año Santo, ofrezcamos, como hizo él, el amor de Dios para vivir y hacer vivir".