El Cardenal Charles Bo, Arzobispo de Yangon (Myanmar) y presidente de la Federación Asiática de Conferencias Episcopales, denunció las graves amenazas a la libertad en Hong Kong, luego del arresto del Cardenal Joseph Zen el pasado 11 de mayo por parte del gobierno comunista chino.
El Purpurado hizo esta denuncia en un comunicado publicado este sábado 14 de mayo, en el que también pidió ser voz de los que ven amenazados sus derechos en Hong Kong.
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
El Cardenal Zen fue liberado bajo fianza, luego de la presión internacional y luego que el Vaticano expresara su preocupación por el arresto.
El Cardenal Bo también urgió a todos los cristianos a rezar, en la semana del próximo 24 de mayo, cuando se celebra la Jornada Mundial de Oración por la Iglesia en China y la fiesta de María Auxiliadora, por quienes sufren persecución en Hong Kong.
A continuación, el texto completo de la carta del Cardenal Bo:
Como presidente de la Federación Asiática de Conferencias Episcopales, y luego del arresto el 11 de mayo de mi hermano Cardenal y hermano salesiano, Cardenal Joseph Zen, quiero expresar mi profunda preocupación por la situación de derechos humanos y amenazas a la libertad religiosa en Hong Kong.
Llamo a los católicos y a la más amplia comunidad cristiana del mundo a rezar por Hong Kong y exhorto a la comunidad internacional a seguir monitoreando y a hablar por la libertad y la justicia.
Hong Kong solía ser una de las ciudades más libres y más abiertas de Asia. Hoy se ha transformado en un estado policía. La libertad de expresión, la libertad de prensa, la libertad de reunión y asociación y la libertad académica han sido desmanteladas.
Son signos tempranos de que la libertad religiosa y de culto, derecho humano establecido en el artículo 18 de la Declaración de Derechos Humanos y la Alianza Internacional de Derechos Civiles y Políticos, de la que Hong Kong es parte, están amenazados.
Sé de recientes ataques propagandísticos contra la Iglesia en medios de comunicación pro Beijing en Hong Kong, y de la creciente censura entre los líderes religiosos debido a las circunstancias. Es doloroso ver a una ciudad que fue faro para la libertad, incluyendo la libertad religiosa, moverse tan radicalmente y constantemente hacia un camino más oscuro y represivo.
Ver un gobierno en China, que rompe sus promesas hechas en un tratado internacional, la Declaración Conjunta Chino-Británica, tantas veces y tan descaradamente, es espantoso.
Mi hermano Cardenal, Su Eminencia Joseph Zen, fue arrestado y afronta cargos simplemente porque sirvió como administrador de un fondo que proporcionó ayuda legal a activistas que enfrentan procesos legales. En cualquier sistema donde prima la ley, dar asistencia para ayudar a la gente a afrontar los costos legales es un derecho adecuado y aceptado.
¿Cómo puede ser un delito ayudar a acusados a tener representación y defensa legal?
El 24 de mayo la Iglesia celebra la Jornada Mundial de Oración por la Iglesia en China y la fiesta de María Auxiliadora; y en China, a Nuestra Señora de Sheshan.
El año pasado pedí que esto se convirtiera en una semana de oración cada año, y me sobrecogió saber que un grupo de laicos católicos en todo el mundo aceptó mi invitación y estableció la Semana Global de Oración por China.
Este año urjo a los cristianos de todas las tradiciones en todo el mundo a rezar por Hong Kong especialmente y por la Iglesia en China, así como por los uigures, tibetanos y otros que sufren persecución en China, durante la semana de oración, y rezar especialmente por el Cardenal Zen el mismo 24 de mayo mientras rezamos a María Auxiliadora.
Donde sea posible, quisiera que las iglesias consideren una Misa votiva ese día.
Para la gente en Hong Kong es cada vez más difícil hablar libremente, entonces los que están fuera y tienen voz deben usarla en su nombre y dedicar nuestras oraciones y esfuerzos para mostrar su solidaridad y apoyo a ellos, esperando que un día sus libertades sean restauradas.