En la mañana de este viernes 13 de mayo, el Papa Francisco recibió en audiencia a los participantes del Congreso Internacional de Teología Moral, a quienes explicó que las familias "son el primer lugar para vivir la fe en Jesucristo y el amor mutuo".
Este congreso se celebra desde hoy hasta el día 14 bajo el lema "Prácticas pastorales, experiencia de vida y teología moral: Amoris laetitia entre nuevas oportunidades y nuevos caminos" y está promovido por la Pontificia Universidad Gregoriana y el Pontificio Instituto Teológico Juan Pablo II para las Ciencias del Matrimonio y la Familia.
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Según señaló el Santo Padre, en la familia, los cónyuges y los hijos "están llamados a cooperar en la vivencia del misterio de Cristo, mediante la oración y el amor implementado en la concreción de la vida y las situaciones cotidianas, en el cuidado mutuo capaz de acompañar para que nadie sea excluido y abandonado".
A continuación, el Papa Francisco aseguró que en la actualidad, "la familia atraviesa una profunda crisis cultural, como todas las comunidades y vínculos sociales" y lamentó que muchas familias sufren la falta de trabajo o la falta de una vivienda digna.
"La posibilidad misma de formar una familia hoy en día es a menudo ardua, y a los jóvenes les resulta muy difícil casarse y tener hijos. En efecto, los cambios epocales que estamos viviendo provocan que la teología moral asuma los retos de nuestro tiempo", dijo el Papa Francisco.
El Papa defendió que la familia desempeña un papel decisivo "en los caminos de conversión pastoral" y aseguró que para ello es necesaria "una reflexión teológica que esté atenta a las heridas de la humanidad".
Además, el Papa Francisco invitó a poner la teología al servicio de la familia y trabajar para que las familias cristianas puedan "en la alegría y el trabajo del amor conyugal, filial y fraterno, dar testimonio de la buena nueva del Evangelio de Jesucristo".
Asimismo, el Santo Padre subrayó la necesidad de diálogo con las familias y de establecer una relación "virtuosa entre la teología y la acción pastoral". "La praxis pastoral no puede deducirse de principios teológicos abstractos", aseguró.
"La teología tiene una función crítica, una inteligencia de la fe, pero su reflexión parte de la experiencia viva y del sensus fidei fidelium. Sólo así la inteligencia teológica de la fe presta su necesario servicio a la Iglesia", explicó el Papa Francisco.
Por ello, el Papa Francisco defendió que en la actualidad "es más necesaria que nunca la práctica del discernimiento" y subrayó la diferencia entre la moral evangélica y el moralismo.
Además invitó a los presentes a reflexionar acerca de "la diferencia de culturas", lo que definió como "una oportunidad preciosa que nos ayuda a comprender aún más cuánto el Evangelio puede enriquecer y purificar la experiencia moral de la humanidad, en su pluralidad cultural".
"La experiencia concreta de las familias es una extraordinaria escuela de la buena vida. Por ello, os invito, teólogos de la moral, a continuar vuestro riguroso y valioso trabajo con fidelidad creativa al Evangelio y a la experiencia de los hombres y mujeres de nuestro tiempo, especialmente a la experiencia viva de los creyentes", concluyó el Papa Francisco.