El Papa Francisco presidirá el domingo 15 de mayo las primeras canonizaciones en más de dos años, en una ceremonia en la que, entre otros beatos, serán elevadas a los altares cuatro fundadoras de órdenes religiosas que llevan el nombre de la Virgen María.

Aquí las historias de estas cuatro santas mujeres.

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Marie Rivier

Cuando la Revolución Francesa obligó a cerrar conventos y monasterios en toda Francia y los sacerdotes y monjas fueron martirizados bajo el Reino del Terror, esta mujer francesa de 28 años fundó en 1796 la Congregación de las Hermanas de la Presentación de María, dedicada a la educación de las jóvenes en la fe.

La congregación recibió la aprobación oficial en 1801 y se expandió por toda Francia.

La religiosa luchó durante gran parte de su infancia por una discapacidad que provocó que sus articulaciones se hincharan y sus extremidades se encogieran. Apenas podía mantenerse en pie con la ayuda de muletas, según la Congregación del Vaticano para las Causas de los Santos.

Sus problemas de salud también obstaculizaron su capacidad para ingresar a la vida religiosa, pero Rivier perseveró y ayudó a educar a mujeres desempleadas en su parroquia antes de fundar su congregación.

A las pocas décadas de su muerte en 1838, las Hermanas de la Presentación de María se extendieron a Canadá y los Estados Unidos. Hoy las hermanas están presentes en los cinco continentes.

Anna María Rubatto (María Francesca de Jesús)

La Beata Madre Francisca Rubatto fue una misionera fundadora del siglo XIX que cruzó el Océano Atlántico siete veces en barco para establecer la Congregación de las Hermanas Capuchinas, una orden de hermanas capuchinas que se asentó en Uruguay, Argentina y Brasil.

La religiosa italiana, originaria de la provincia de Turín, nació en 1844 y su nombre fue Anna Maria Rubatto. Perdió a su madre a los cuatro años y a su padre cuando tenía 19.

Trabajó como sirvienta y cultivó una profunda espiritualidad, visitando diariamente una iglesia para orar, pero no descubrió su vocación hasta los 40 años.

Un día, cuando salía de una iglesia, escuchó los gritos de un albañil que había resultado herido por una piedra que le cayó del andamio en la cabeza. Sor María ayudó a lavar y curar sus heridas. Descubrió que el edificio en el que había estado trabajando era un convento. El fraile capuchino que estaba supervisando su construcción la invitó a unirse como miembro fundador y luego como primera superiora de la Congregación de las Hermanas Terciarias Capuchinas de Loano.

En solo siete años, la Madre María viajó a América Latina para fundar nuevas casas a medida que crecía su orden religiosa. Hoy, las hermanas son conocidas como las Hermanas Capuchinas de la Madre Rubatto y están presentes en Eritrea, Etiopía, Kenia y otros países de América Latina, Europa y África.

María Domenica Mantovani

María Domenica Mantovani fue la primera superiora general de la Congregación de las Hermanitas de la Sagrada Familia, que cofundó en 1892, a los 29 años, para servir a los pobres, los huérfanos y los enfermos.

Sirviendo como superiora general de la orden por más de 40 años, la Madre Mantovani escribió las constituciones de la orden y supervisó la apertura de numerosos conventos. 

Cuando ella murió en 1934, las Hermanitas de la Sagrada Familia habían crecido hasta tener 1.200 hermanas en 150 conventos en Italia y en el extranjero.

María de Jesús Santocanale

La Madre María de Jesús fundó la Congregación de las Hermanas Capuchinas de la Inmaculada de Lourdes en Sicilia en 1910. 

Nacida en Palermo en 1852, Carolina Santocanale sintió desde muy temprana edad el deseo de consagrarse a Dios a pesar de los deseos de su padre. Bajo la guía espiritual del P. Mauro Venuti, discernió dedicar su vida a obras de caridad con los pobres en lugar de entrar en el claustro.

A la edad de 32 años comenzó a experimentar importantes problemas de salud. Un fuerte dolor en sus piernas la llevó a estar postrada en cama por más de un año. Después de su enfermedad, abrazó una espiritualidad franciscana aún más radical. 

Después de hacer los primeros votos a los 39 años, pasaba la mayor parte de sus momentos libres frente al sagrario. Supervisó el establecimiento de un orfanato y una guardería, y fomentó muchas vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada.

Hoy, las hermanas de la Madre Santocanale están presentes en Albania, Brasil, Italia y Madagascar. 

Traducido y adaptado por Diego López Marina. Publicado originalmente en CNA.