Tras presidir el rezo de la oración mariana del Regina Caeli este domingo en la Plaza de San Pedro en el Vaticano, el Papa Francisco destacó el ejemplo de dos nuevos beatos elevados a los altares el sábado 30 de abril.
"Ayer en Milán fueron beatificados el P. Mario Ciceri y Armida Barelli. El primero era un vicepárroco rural, se dedicaba a rezar y confesar, visitaba a los enfermos y estaba con los jóvenes en el oratorio, como educador manso y guía seguro. Un ejemplo luminoso de pastor", dijo el Santo Padre.
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El Papa Francisco resaltó luego que "Armida Barelli fue fundadora y animadora de la Juventud Femenina de la Acción Católica. Viajó por toda Italia para llamar a las muchachas y los jóvenes hacia el desarrollo eclesial y civil".
El Pontífice explicó que Barelli ayudó al P. Agostino Gemelli, sacerdote y religioso en cuya memoria se construyó el hospital que acogió muchas veces al Papa San Juan Pablo II, "para dar vida a un Instituto secular femenina y a la Universidad Católica del Sagrado Corazón".
Esta universidad, dijo el Papa Francisco, "hoy celebra la jornada anual en su honor, titulada 'Con corazón de mujer'".
"¡Un aplauso para los nuevos beatos!", concluyó el Pontífice
El Cardenal Marcello Semeraro, prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos, celebró la Misa de beatificación de Barelli y el P. Ciceri el sábado 30 de abril en la Catedral de Milán.
"La santidad es esto: seguir la estela del perfume de Cristo. Para el Beato Mario Ciceri fue la vocación al ministerio sagrado; para Armida Barelli fue la vocación al apostolado laical", dijo el Purpurado en su homilía.
Respecto al P. Mario Ciceri contó que este "todos reconocían en él a un sacerdote que cumplía con celo y fidelidad su vocación".
"Armida Barelli también anduvo enamorada con un constante dominio de su temperamento. El Beato Ildefonso Schuster decía de ella mientras la enfermedad la consumía: El Divino Rey está cincelando su joya", indicó el Cardenal italiano.