Al recibir esta mañana en audiencia a la comunidad "Madonna delle Lacrime" de Bergamo (Italia), el Papa Francisco hizo una profunda reflexión sobre las lágrimas de la Virgen María y la gracia de "llorar bien" que el mundo de hoy parece haber perdido ante las muchas situaciones dramáticas como la guerra.
Al iniciar su reflexión, el Papa resaltó que la Virgen siguió también a su hijo en los sentimientos y, "seguramente, de sus ojos brotaron lágrimas de alegría cuando dio a luz a Jesús en el portal de Belén y cuando vinieron los pastores y Magos a postrarse ante Él. Y lloró lágrimas amargas, al final, cuando lo seguía en la vía dolorosa y cuando estuvo en la cruz".
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Tras destacar que todo en la vida de María "está transfigurado en perfecta unión con el Hijo y su misterio de salvación", Francisco resaltó que cuando la Virgen llora, "sus lágrimas son signo de la compasión de Dios que siempre la tiene con nosotros, que siempre quiere perdonarnos".
"Les recuerdo una cosa: ¡Dios perdona siempre! ¡Siempre! Somos nosotros los que nos cansamos de pedir perdón", dijo el Santo Padre.
El Pontífice explicó también que las lágrimas de la Virgen María "son un signo del dolor de Cristo por nuestros pecados, por el mal que aflige a la humanidad, especialmente a los pequeños e inocentes, que son quienes sufren".
"Las lágrimas de María son también signo del llanto de Dios por las víctimas de la guerra que está destruyendo no solo a Ucrania. Seamos valientes y digamos la verdad: está destruyendo a todos los pueblos involucrados en la guerra. Todos".
Esto, continuó el Papa Francisco, "porque la guerra no solo destruye al pueblo derrotado, no, también al vencedor, destruye también a quienes la miran con noticias superficiales".
Tras recordar la reciente consagración que hizo de Rusia, Ucrania y el mundo al Inmaculado Corazón de María, el Santo Padre dijo que la Madre de Dios enseña a "no tener vergüenza de las lágrimas. No debemos avergonzarnos de llorar ya que los santos nos enseñan que las lágrimas son un don, a veces una gracias, un arrepentimiento, una liberación del corazón".
"Creo que nosotros, nuestro tiempo –hablo en general– hemos perdido la costumbre de llorar 'bien'. Tal vez lloramos cuando sucede algo que nos toca o cuando cortamos cebolla, pero el llanto viene del corazón, el verdadero llanto como el de Pedro cuando se arrepiente, como el que tiene la Virgen".
El Papa animó luego a pedir la gracia de llorar ante "el descarte, los viejos descartados, los niños descartados antes de nacer. Tantos dramas de descarte". "Las miserias de nuestro tiempo deberían hacernos llorar y necesitamos llorar", agregó.
De ese modo, se podrá seguir "el estilo de Dios" que está lleno de "ternura, compasión y cercanía".
"Todos debemos aprender de María a seguir a Jesús, a dejar que su Espíritu moldee nuestros sentimientos, nuestros deseos y proyectos, nuestras acciones según el corazón de Dios".
Para concluir, el Papa Francisco agradeció la visita de la comunidad pastoral "Madonna delle lacrime" y les dio gracias "por habernos hecho meditar en las lágrimas de Nuestra Madre. ¡Las necesitamos tanto! Tenemos tanta necesidad de llorar".