El Papa Francisco lamentó que "hemos olvidado el lenguaje de la paz" al hablar sobre la guerra en Ucrania en una entrevista televisiva transmitida este Viernes Santo, 15 de abril.
En su larga conversación concedida al programa "a Su imagen" ("a Sua Immagine" en italiano) de la televisión pública italiana Rai1, el Santo Padre advirtió que "hemos olvidado el lenguaje de la paz, lo hemos olvidado" y destacó que "se habla de paz, las Naciones Unidas han hecho de todo, pero no han tenido éxito".
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En esta línea, el Santo Padre comparó las guerras actuales con la pasión y muerte de Cristo: "regreso al Calvario. Allí Jesús lo hizo todo. Intentó con piedad, con benevolencia, convencer a los dirigentes y, [en cambio] no: '¡guerra, guerra, guerra contra él!' A la mansedumbre oponen la guerra por la seguridad. 'Es mejor que un hombre muera por el pueblo', dice el sumo sacerdote, porque al contrario vendrán los romanos. Y la guerra".
Luego, el Papa reconoció "yo entiendo a los gobernantes que compran armas, los entiendo. No los justifico, pero los entiendo. Porque tenemos que defendernos, porque [es] el esquema cainista de la guerra. Si fuera un modelo de paz, esto no sería necesario".
Sin embargo, el Santo Padre alertó que "vivimos con este esquema demoníaco, [que dice] que nos matemos unos a otros en aras del poder, en aras de la seguridad, en aras de muchas cosas".
De este modo, el Pontífice recordó "las guerras ocultas, que nadie ve, que están lejos de nosotros. Muchas. ¿Para qué? ¿Para explotar?".
"En este momento, en Europa, esta guerra nos golpea mucho. Pero miremos un poco más allá. El mundo está en guerra, el mundo está en guerra. Siria, Yemen, y luego piensa en los rohingya, expulsados, sin patria. En todas partes hay guerra. El genocidio de Ruanda hace 25 años. Porque el mundo ha elegido -es duro decirlo- pero ha elegido el patrón de Caín y la guerra es implementar el cainismo, es decir, matar al hermano", afirmó el Papa.
En este sentido, el Papa invitó a ser cercanos al sufrimiento de las personas afectadas por la guerra y preguntó: "¿cuántas personas, ante las imágenes de las guerras, de cualquier guerra, han sido capaces de llorar? Algunos lo han hecho, estoy seguro, pero muchos no. Comienzan a justificar o a atacar. No, esto (el Santo Padre señala el corazón): debes cuidar esto".
"Hoy, Viernes Santo, frente a Jesús Crucificado, déjate tocar el corazón, deja que Él te hable con su silencio y con su dolor. Deja que te hable con las personas que sufren en el mundo: sufren el hambre, la guerra, tanta explotación y todas estas cosas. Deja que Jesús te hable y, por favor, no hables tú. Silencio. Que sea Él y pide la gracia de llorar", dijo.
Asimismo, el Santo Padre señaló que "la guerra crece con la vida de nuestros hijos, de nuestros jóvenes. Por eso digo que la guerra es una monstruosidad" y exhortó a pensar en los cementerios "que son la vida misma de esta memoria. Pensemos en esa escena sobre la que se escribe: barcos llegando a Normandía, abriendo, saltando con sus fusiles, los muchachos y los alemanes... (el Santo Padre hace la mímica del gesto de disparar). Treinta mil en la playa".
"Hace dos años, creo, cuando fue la conmemoración del desembarco de Normandía, vi a los jefes de gobierno, hubo una reunión... estaban conmemorando esto. Pero, ¿por qué no conmemoramos todos a los treinta mil soldados que cayeron en la playa de Normandía?", cuestionó.
Luego, el Papa recordó que hace unos años dijo que estamos "viviendo la tercera guerra mundial en pedazos, pero, no hemos aprendido" y pidió solidaridad a favor de los refugiados sin caer en racismos, porque "el problema de los refugiados es un problema que también sufrió Jesús".
Finalmente, el Santo Padre pidió no subdividir a los refugiados "de primera clase, de segunda clase, del color de la piel, [si] vienen de un país desarrollado [o de] uno no desarrollado" ya que "nosotros somos racistas, somos racistas. Y esto es malo. El problema de los refugiados es un problema que también sufrió Jesús, porque fue emigrante y refugiado en Egipto cuando era niño, para escapar de la muerte".
"¡Cuántos de ellos sufren para escapar de la muerte! Hay un cuadro de la huida a Egipto que hizo un pintor piamontés. Me lo envió y le hice unas fotos: ahí está José con el niño huyendo. Pero no es san José con barba, no. Es un sirio, de hoy, con el niño, huyendo de la guerra de hoy. La cara de angustia que tienen estas personas, como Jesús obligado a huir".
"Y Jesús ha pasado por todas estas cosas, pero está ahí. En la cruz están los pueblos de los países de África en guerra, de Oriente Medio en guerra, de América Latina en guerra, de Asia en guerra", concluyó el Papa.