La Arquidiócesis de Cuenca, en Ecuador, lamentó los muertos y heridos que dejaron los violentos enfrentamientos entre bandas criminales en una cárcel, y llamó al gobierno a trabajar para poner fin a la violencia priorizando la convivencia pacífica.
El domingo 3 de abril inició una violenta disputa entre bandas de criminales al interior del Centro de Rehabilitación Social de Turi. Según los vecinos se escucharon disparos y la explosión de bombas y algunos presos habrían comunicado sobre el enfrentamiento a sus familiares.
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Más tarde, la Secretaría General de Comunicación de la presidencia de Ecuador informó que 20 cuerpos de reos fallecidos fueron trasladados al centro forense local.
El Ministro del Interior, Patricio Carrillo declaró que al menos 800 policías y militares tomaron la cárcel, pero descartó tomar la misma medida del presidente Guillermo Lasso del año pasado; y explicó que "hay una organización que quiere tener un poder absoluto al interior del centro y hay unas células que se han rebelado contra ellos".
En 2021 fallecieron más de 300 reos a causa del enfrentamiento de bandas criminales en el mismo centro penitenciario. Para enfrentar el aumento de la violencia a causa del narcotráfico, el presidente Lasso declaró Ecuador en estado de excepción.
Ante lo ocurrido, la Arquidiócesis de Cuenca publicó un comunicado donde lamentó la violencia y "la muerte de algunos hermanos privados de la libertad"; y expresó su "cercanía y solidaridad con los familiares de los fallecidos y de las personas heridas […] uniéndonos a su dolor y expresándoles nuestro apoyo moral y espiritual".
Además, llamó a recordar que "la vida humana es un valor fundamental y un don de Dios, que tiene que ser cuidada y respetada en su integridad, independientemente de las condiciones sociales que la rodean".
En ese sentido, citó las palabras del Papa Francisco, quien dijo que "nadie, bajo ninguna circunstancia, puede ser privado de su dignidad", y rechazaron cualquier acto de violencia. "Creemos en el Dios de la Vida y nos oponemos a cualquier acto de violencia que vaya en detrimento de la dignidad y la vida misma de la persona humana", señalaron.
La Arquidiócesis también ratificó su "compromiso para continuar, mediante la pastoral penitenciaria, el trabajo de acompañamiento espiritual a nuestros hermanos privados de la libertad"; y llamó al Gobierno de Ecuador a investigar las causas profundas del trágico suceso y tomar medidas concretas para proteger la vida de los internos de las cárceles.
También señaló que desea "recordar que el Estado tiene el deber ineludible de adoptar todas las medidas inmediatas para garantizar los derechos a la vida e integridad de las personas privadas de la libertad".
Por eso, agregó, "hacemos un llamado a las autoridades pertinentes para que se realice una investigación pronta y sin parcialidades, buscando de esta manera, las causas estructurales del problema en las cárceles del país, con el fin de prevenir situaciones semejantes a futuro".
Finalmente, la Arquidiócesis rezó a Dios por Ecuador, y para que las autoridades tomen las decisiones correctas para hallar una solución que priorice la paz social y ponga fin a la violencia.
"Encomendamos al Dios de la Vida el proyecto de paz que tanto añora la sociedad y le pedimos sabiduría, para que nuestras autoridades agilicen y transparenten los procesos judiciales y prioricen procesos de convivencia pacífica en los centros de reclusión y en la sociedad, caracterizada hoy también por la violencia", concluyó.