Después de dos días en Malta, este domingo 3 de abril el Papa Francisco concluyó su primer viaje apostólico del 2022.
A las 19:15 p.m. (hora local), una hora más tarde de lo previsto, el avión de Air Malta que traslada al Papa, a su séquito y a los periodistas acreditados despegó del aeropuerto Internacional de Malta con destino al aeropuerto de Fiumicino.
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El presidente de la república de Malta, George William Vella y el primer ministro, Robert Abela, junto a sus familiares y algunos obispos despidieron en el aeropuerto al Papa Francisco.
El Pontífice llegó a Malta la mañana del 2 de abril como "peregrino tras las huellas del Apóstol San Pablo". Han sido dos días repletos de eventos oficiales, ceremonias y encuentros en los que se ha visto a un Pontífice que, a pesar del cansancio y problemas derivados de su enfermedad de rodilla, no ha perdido la sonrisa y la energía.
"Sobre todo, guardaré en el corazón numerosos rostros, y el rostro luminoso de Malta", dijo el Papa al final del rezo del Ángelus este domingo 3 de abril.
Tras la ceremonia de bienvenida en el aeropuerto, el Papa se trasladó en coche al Palacio del Gran Maestre en La Valeta, capital de Malta, para la visita de cortesía y encuentros privados con el presidente y con el primer ministro, desde donde invocó "unidad y paz para los pueblos y todo el mundo".
Más tarde, el Santo Padre firmó el libro de honor y se llevó a cabo el tradicional intercambio de regalos.
Su primer discurso lo hizo ante las autoridades y cuerpo diplomático de Malta, donde animó a proteger la vida "en todo momento del descarte y del abandono", y a acoger al migrante.
Al finalizar, se asomó al balcón para saludar a los miles de jóvenes que desde la plaza le vitoreaban al grito de ¡Viva el Papa Francisco!.
Uno de los momentos más icónicos del viaje fue su traslado en catamarán a la isla de Gozo, donde presidió un encuentro de oración en el Santuario de Ta' Pinu.
Además, en su vuelta a Malta protagonizó una de las anécdotas del viaje al pararse a saludar a una pareja de recién casados.
Este domingo 3 de abril el Papa visitó la gruta de San Pablo en la ciudad de Rabat, ocasión en la que saludó también a líderes de diferentes confesiones cristianas, enfermos y a un grupo de prisioneros.
De este modo, Francisco se convirtió en el tercer pontífice en rezar en este lugar sagrado después de las históricas visitas de San Juan Pablo II el 27 de mayo de 1990 y de Benedicto XVI el 17 de abril de 2010.
A continuación, desde los Graneros de Floriana y ante la presencia de 20 mil personas, el Papa Francisco presidió una celebración Eucarística, donde aseguró que "cuando abrimos el corazón en la verdad, el Señor puede hacer grandes cosas en nosotros", ya que "el maestro no se conforma con la apariencia, sino que busca la verdad del corazón".
En el último evento oficial de su viaje apostólico a Malta, el Papa Francisco se reunió con migrantes y refugiados en el "Laboratorio de Paz Juan XXIII" a quienes animó a ser "testigos de los valores humanos esenciales para una vida digna y fraterna".