Este sábado, durante su visita al Santuario de Nuestra Señora de Ta' Pinu en la isla de Gozo, en Malta, un católico local tuvo la oportunidad de dar un testimonio de su fe, asegurando que el Papa Francisco, como un padre, llegó a "a confirmarnos en la fe".
"Querido Papa Francisco, tu visita a Gozo, a la que con ternura llamamos 'la isla de las tres colinas', al pie de este santuario mariano tan querido por nuestro pueblo donde se venera el icono religioso más querido por nuestra nación, se desarrolla en un período verdaderamente providencial", dijo el ciudadano maltés Francesco Pio Attard, durante una ronda de testimonios que se pronunciaron en el atrio del templo.
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Y resaltó: "Como un padre que se preocupa tanto por sus hijos, viniste a confirmarnos en la fe, esa fe que nos trajo el apóstol Pablo cuando naufragó en nuestras costas el barco en el que viajaba".
Este 2 de abril, en el atrio de la iglesia, había más de 2 mil personas sentadas y otras que permanecieron de pie en los alrededores que llegaron para escuchar las palabras del Santo Padre.
Francesco señaló que pese a que Malta es una nación católica, está conformada por "tejido social con muchas realidades diferentes". Por ello, considera que la fe del pueblo maltés "se encuentra hoy confundida entre las tradiciones religiosas que hemos heredado y la autenticidad del discipulado cristiano".
"Más que nunca, nuestra iglesia está llamada a ser profética, a ofrecer una alternativa a la indiferencia, a ser compañera de los corazones heridos, a dar respuesta a los interrogantes sobre la vida y la muerte, a ser agua que sacie la sed de la aridez de muchos corazones", dijo Francesco dirigiéndose al Papa.
En ese contexto, agradeció al Pontífice por su "preciosa enseñanza", y aseguró que sus compatriotas se sienten "llamados más que nunca a ser discípulos misioneros".
"Querido Papa Francisco, etimológicamente el nombre de Gozo significa alegría. Nuestro corazón hoy está lleno de alegría por su presencia entre nosotros. Te expresamos nuestro agradecimiento como lo hicimos con tu predecesor San Juan Pablo II, que eligió visitarnos para confirmarnos en la fe de Cristo resucitado. Le aseguramos nuestras oraciones para que vuestra misión siga guiando el camino del pueblo santo de Dios", concluyó.
Otro testimonio lo dieron Domenico y Sandi, un matrimonio de 29 años que ha sufrido muchos momentos difíciles, especialmente cuando Sandi fue diagnosticada de esclerosis múltiple en su cuarto año de casados. Ambos tienen una hija de nombre Nicole.
Su esposo aseguró que "la experiencia de sufrimiento que hemos vivido y que seguimos viviendo juntos, no solo no nos ha destruido ni distanciado, sino que nos ha unido aún más, fortaleciéndonos en el amor mutuo como familia".
"Lentamente el Señor me dio la gracia de comprender poco a poco que esta era mi misión: estar cerca de mi esposa y llevar la cruz con ella", dijo.
Jennifer Cauchi, otra católica que pudo dar su testimonio de vida cristiana, se refirió al Santuario de Nuestra Señora de Ta' Pinu como un "dulce hogar" desde donde la Virgen María "sigue llamando y dando esperanza a los peregrinos que vienen a visitarla: jóvenes, ancianos, familias, religiosos y religiosas".
"Aquí todos se sienten acogidos y todos pueden dejar sus sufrimientos y alegrías a los pies de la Madre (…) Nuestra oración a ella nunca cesa, para que Nuestra Señora Ta' Pinu lo siga acompañando y protegiendo en su misión", agregó.
La Basílica del Santuario Nacional de la Santísima Virgen de Ta' Pinu se convirtió en un popular destino de peregrinaje para los malteses a fines del siglo XIX después de que una granjera llamada Karmni Grima dijera que escuchó la voz de la Virgen María, quien la llamó a orar allí.
La capilla original de Ta'Pinu data del siglo XVI, pero recibió tantos peregrinos que se construyó un santuario basílica más grande en ese lugar entre 1920 y 1931.