Tras el rezo del Ángelus de este domingo 27 de marzo, el Papa Francisco recordó que hace apenas tres días se cumplió un mes "de esta guerra cruel e insensata" y advirtió de la necesidad de borrarla de la historia del hombre, "antes que ella borre al hombre de la historia".
"Como cada guerra, representa una derrota para todos nosotros. Necesitamos repudiar la guerra, lugar de muerte donde los padres y madres pierden a los hijos. Donde los hombres matan a sus hermanos sin ni siquiera haberlos visto", lamentó el Papa.
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El Pontífice aseguró que en una guerra como esta, "los poderosos deciden y los pobres mueren" y aseguró que "la guerra no solo devasta el presente, sino el futuro de una sociedad".
A continuación, el Santo Padre destacó que desde que comenzó la guerra, uno de cada dos niños se han visto obligados a salir del país.
"Esto significa destruir el futuro, provocar traumas dramáticos en los más pequeños e inocentes. Esta es la bestialidad de la guerra, un acto barbaro y sacrílego", sentenció.
"La guerra no puede ser algo considerado como inevitable, no debemos acostumbrarnos a la guerra, tenemos que convertir el ultraje de hoy en el deber de mañana. Porque si de esta vivencia, salimos como antes, de alguna forma seremos todos culpables", resaltó el Papa.
Asimismo, el Santo Padre pidió que "ante el peligro de la autodestrucción, que la humanidad comprenda que es el momento de abolir la guerra, de borrarla de la historia del hombre, antes de que sea ella la que borre al hombre de la historia".
"Rezo por cada responsable político, para que reflexione sobre esto, de comprometerse con esto, y que mirando a la martirizada Ucrania, entiendan como cada día de guerra empeora la situación para todos", dijo.
"Por esto renuevo mi llamamiento: ¡basta!", exclamó. "Deteneos, bajad las armas, y buscar la paz".
"Recemos sin cansarnos a la Reina de la Paz, a la que hemos consagrado la humanidad, y en particular rusia y Ucrania, con una participación grande e intensa, la cual agradezco a todos vosotros", concluyó el Papa Francisco antes de comenzar el Ave María ante los fieles presentes en la plaza de San Pedro.