En una carta enviada a los obispos de todo el mundo, el Papa Francisco explicó la importancia de la consagración del mundo entero, y particularmente de Rusia y Ucrania, al Corazón Inmaculado de María "en esta hora oscura".
En su misiva, que tiene como fecha el 21 de marzo, el Santo Padre señaló que "ha pasado casi un mes desde el inicio de la guerra en Ucrania, que está causando sufrimientos cada día más terribles en esa martirizada población, amenazando incluso la paz mundial".
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"La Iglesia, en esta hora oscura, está fuertemente llamada a interceder ante el Príncipe de la paz y a estar cerca de cuantos sufren en carne propia las consecuencias del conflicto", expresó.
"En este sentido, agradezco a todos aquellos que están respondiendo con gran generosidad a mis llamamientos a la oración, al ayuno y a la caridad", añadió.
Las tensiones entre Ucrania y Rusia escalaron desde marzo de 2021. El 24 de febrero de este año, Vladimir Putin, presidente ruso, ordenó el inicio de la invasión de Ucrania.
En un comunicado publicado este 22 de marzo, la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos señaló que la incursión de Rusia en Ucrania ha dejado 953 civiles muertos, entre ellos 78 menores de edad, y 1.557 heridos.
La Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados estima que "más de 3,5 millones de personas refugiadas han huido a países vecinos desde el 24 de febrero".
A pedido de los obispos católicos de rito latino de Ucrania, el Santo Padre accedió a consagrar especialmente Rusia y Ucrania al Corazón Inmaculado de María, este 25 de marzo.
Acompañando la carta, el Papa Francisco envió también a los obispos de todo el mundo el texto completo del "Acto de Consagración al Corazón Inmaculado de María" que pronunciará este 25 de marzo.
En su carta, el Papa Francisco indicó que "el Acto se hará en el contexto de una Celebración de la Penitencia, que tendrá lugar en la Basílica de San Pedro a las 17:00, hora de Roma".
"El Acto de consagración está previsto en torno a las 18:30", señaló.
El Santo Padre subrayó que esta consagración "quiere ser un gesto de la Iglesia universal, que en este momento dramático lleva a Dios, por mediación de la Madre suya y nuestra, el grito de dolor de cuantos sufren e imploran el fin de la violencia, y confía el futuro de la humanidad a la Reina de la paz".
El Papa pidió también que se unan a este acto de consagración "los sacerdotes, religiosos y demás fieles", rezando "en los lugares sagrados, para que el Pueblo santo de Dios eleve la súplica a su Madre de manera unánime y apremiante".