El hoy Obispo Emérito de Daule (Ecuador), Mons. Giovanni Battista Piccioli, explicó en una carta las razones que lo llevaron a renunciar al cargo antes incluso de tomar posesión canónica.
En su carta, dirigida a los obispos y al clero ecuatoriano, a la que ACI Prensa tuvo acceso, Mons. Piccioli, de 64 años, dijo que "me vi forzado a renunciar porque no podré asumir el cargo por razones de salud ni por todo lo que implica el desempeño y las tareas requeridas de esta nueva Diócesis".
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"También, ante esta decisión, preveo el no entorpecer el buen funcionamiento de su labor en sus primeros pasos y considero que será beneficioso para ambas partes mi resolución", dijo.
Mons. Giovanni Battista Piccioli, nacido en Erbusco (Italia) el 10 de julio de 1957, recibió la nacionalidad ecuatoriana en 2016, tras más de dos décadas de labor pastoral en el país.
Tres años antes, el 26 de octubre de 2013, el Papa Francisco lo había nombrado Obispo Auxiliar de Guayaquil.
El 2 de febrero de este año, el Papa Francisco erigió la nueva Diócesis de Daule, con territorio que hasta entonces correspondía a la Arquidiócesis de Guayaquil, y nombró como su primer obispo a Mons. Piccioli.
Sin embargo, a poco más de un mes del nombramiento, el 17 de marzo la Oficina de Prensa de la Santa Sede informó que el Papa Francisco había aceptado la renuncia de Mons. Giovanni Battista Piccioli.
El Santo Padre nombró además como Administrador Apostólico al Arzobispo de Guayaquil, Mons. Luis Gerardo Cabrera Herrera.
Ni el Vaticano ni la Conferencia Episcopal Ecuatoriana indicaron en ese momento la razón de la renuncia.
Los obispos están obligados a presentar su renuncia al Papa a los 75 años, según establece el canon 401 del Código de Derecho Canónico, la ley de la Iglesia. Si lo hacen antes, debe haber una razón grave que suele ser por motivos de salud.
En su carta, el hoy Obispo Emérito de Daule indicó que "el 19 de enero manifesté a Su santidad el Papa Francisco, su generosidad y mi indignidad de ser elegido primer obispo de la erigida diócesis de Daule".
"Nuevamente me dirigí al Papa, el 14 de febrero, luego de una atenta y orante reconsideración, solicitando mi renuncia al gobierno pastoral de la nueva diócesis, la cual fue aceptada", dijo.
El Prelado pidió disculpas "por toda la expectativa que generó mi elección y hoy no puedo cumplir. Estoy muy consciente de lo que implica esta situación".
"Sólo espero comprensión de su parte y aceptación de buen grado esta resolución por el bien de mi salud y el bienestar de todos ustedes", expresó.
"Sepan de mi alta estima que les tengo y agradezco su apoyo, ánimo y las múltiples oportunidades que me brindaron para seguir ejerciendo mi ministerio y tarea.
Me pongo a sus órdenes en lo que humildemente les pueda ayudar", añadió.
Al concluir su carta, Mons. Piccioli señaló que "me gustaría seguir trabajando en la Arquidiócesis de Guayaquil, y en lo que Mons. Luis (Cabrera) vea oportuno, me pongo a su servicio".