El Papa León XIII compuso una oración especial a San José para ser rezada tras finalizar la oración del Santo Rosario. Además, promovió la veneración del 19 de marzo, día festivo del Santo Patrón de la Iglesia Universal, instando a los fieles a honrar esta fecha “en cuanto sea posible por medio de prácticas privadas de piedad”.
La oración fue incluida al final de su carta encíclica Quamquam Pluries "sobre la devoción a San José”, de 1889, y ha sido recopilada por la Enciclopedia Católica de ACI Prensa.
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
En esta plegaria, los católicos pedimos a San José que aparte “de nosotros toda mancha de error y corrupción” y que nos asista desde el cielo “en esta lucha con el poder de las tinieblas”.
En su encíclica, León XIII destacó que San José, “destinado a ser el custodio de la religión cristiana, debe ser tenido como el protector y el defensor de la Iglesia, que es verdaderamente la casa del Señor y el reino de Dios en la tierra”.
“Los padres de familia encuentran en José la mejor personificación de la paternal solicitud y vigilancia; los esposos, un perfecto de amor, de paz, de fidelidad conyugal; las vírgenes a la vez encuentran en él el modelo y protector de la integridad virginal”, indicó.
Siguiendo el modelo de San José, destacó, queda claro “que la condición de los más humildes no tiene en sí nada de vergonzoso, y el trabajo del obrero no sólo no es deshonroso, sino que, si lleva unida a sí la virtud, puede ser singularmente ennoblecido”.
“José, contento con sus pocas posesiones, pasó las pruebas que acompañan a una fortuna tan escasa, con magnanimidad, imitando a su Hijo, quien habiendo tomado la forma de siervo, siendo el Señor de la vida, se sometió a sí mismo por su propia libre voluntad al despojo y la pérdida de todo”, destacó.
A continuación, el texto completo de la oración a San José escrita por el Papa León XIII:
A ti, bienaventurado San José, acudimos en nuestra tribulación; y después de invocar el auxilio de tu Santísima Esposa solicitamos también confiados tu patrocinio. Por aquella caridad que con la Inmaculada Virgen María, Madre de Dios, te tuvo unido, y por el paterno amor con que abrazaste al Niño Jesús, humildemente te suplicamos vuelvas benigno los ojos a la herencia que con su Sangre adquirió Jesucristo, y con tu poder y auxilio socorras nuestras necesidades.
Protege, Providentísimo Custodio de la Sagrada Familia la escogida descendencia de Jesucristo; aparta de nosotros toda mancha de error y corrupción; asístenos propicio, desde el cielo, fortísimo libertador nuestro, en esta lucha con el poder de las tinieblas: y, como en otro tiempo librasteis al Niño Jesús del inminente peligro de la vida, así ahora, defiende a la Iglesia Santa de dios de las asechanzas de sus enemigos y de toda adversidad, ya cada uno de nosotros protégenos con el perpetuo patrocinio, para que, a tu ejemplo y sostenidos por tu auxilio, podamos santamente vivir y piadosamente morir y alcanzar en el cielo la eterna felicidad. Amén.
Esta y otras oraciones a San José se pueden encontrar en la Enciclopedia Católica: https://ec.aciprensa.com/wiki/Oraciones_a_San_Jos%C3%A9_que_la_Iglesia_reza