En su mensaje a las Comunidades Educativas, el Arzobispo de Buenos Aires, Cardenal Jorge Mario Bergoglio, hizo un llamado a los educadores a “descubrir una vez más la grandeza de la vocación que han recibido” y a “ser semillas de una humanidad mejor”.
El Cardenal afirmó que “no es ninguna novedad decir que vivimos tiempos difíciles. Ustedes lo saben, lo palpan día a día en el aula. Muchas veces habrán sentido que sus fuerzas son pocas para enfrentar las angustias que las familias cargan sobre sus espaldas y las expectativas que sobre ustedes se concentran”.
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Sin embargo –resaltó el Purpurado–, “hoy podemos y debemos aportar a nuestra Patria ¡un ideal digno de presidir el mejor de los empeños educativos!”
“La Verdad, Vida y Camino, nos iluminó a la hora de discernir algunas de las orientaciones éticas y opciones históricas para nuestra tarea docente”, explicó el Arzobispo y agregó que “no quedarnos en palabras sino construir sobre roca, significará tomarnos en serio el sentido de nuestra misión: si en nuestras escuelas no se gesta otra forma de ser humanos, otra cultura y otra sociedad, estamos perdiendo el tiempo”.
El Cardenal aseguró que “para avanzar en esa tarea, les propuse el desafío de superar algunas antinomias que no nos permiten crecer”, y exhortó a “optar sin vacilación por la lógica del Evangelio: lógica de la gratuidad, del don incondicional. Gratuidad con eficiencia. Superando la destructiva ética de la competencia ‘todos contra todos’, llevar adelante una práctica de la solidaridad que apunte a las raíces del egoísmo de un modo eficaz, no quedándonos en meras declamaciones y quejas, sino poniendo nuestras mejores capacidades al servicio de este ideal. Fines elevados y medios adecuados: excelencia de la solidaridad”.
“Nuestra vocación no es nada menos que eso. ¿Olvidamos nuestra fragilidad? Por el contrario, ella nos mueve a dejarnos llevar, con confianza de pequeños, por la fuerza de quien nos sostiene y alienta, de quien hace nuevas todas las cosas: el Espíritu Santo”, añadió el Arzobispo.