El Arzobispo católico de Moscú, Mons. Paolo Pezzi, aseguró en recientes declaraciones que en la capital rusa comienzan notarse los efectos de la guerra que su presidente, Vladimir Putin, declaró a Ucrania hace ya 15 días y por eso muchos han huído del país.
Al igual que en varios países de todo el mundo, en Rusia también se han realizado durante los últimos días numerosas manifestaciones en contra de la invasión a Ucrania.
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Sin embargo, muchos de los miles de manifestantes que fueron detenidos en estas protestas se enfrentan ahora a penas de cárcel por incumplir la ley establecida por el Kremlin.
Esta situación de división dentro del pueblo ruso es a la que se ha referido el italiano Mons. Paolo Pezzi, quien advirtió que muchos ciudadanos han huido de Rusia debido a que en el país "está creciendo el miedo".
"Lo que estoy viendo es que se comienza a sentir el peso de las consecuencias de estos eventos. Hay un miedo creciente. Son muchos los que han considerado oportuno salir del país", explicó el Arzobispo de Moscú.
Asimismo, Mons. Paolo Pezzi señaló que existen "muchas opiniones diversas y en contraste" en Rusia respecto al conflicto en Ucrania. Dijo que este es el motivo por el que en su comunidad católica invitan a los fieles "a salir de la lógica que clasifica al otro en amigo o enemigo".
El Prelado también defendió la importancia de mantenerse unidos y aseguró que es necesario "entrar en la lógica de Dios, que hace resplandecer el sol y hace caer la lluvia para todos, para los buenos y para los malos".
Por último, el Arzobispo de Moscú subrayó que "la locura de la guerra" solamente puede vencerse "con la locura de Dios: la del perdón y la de mirar al otro como un hermano". "En este momento debemos hacer posible y accesible esta mirada, esta locura de Dios", concluyó.
La guerra en Ucrania
Este jueves 10 de marzo se cumplen 15 días desde que la guerra se hizo oficial. Desde entonces, el número de víctimas ha incrementado considerablemente y los ataques por parte del ejército ruso han recrudecido.
El más reciente, condenado desde el Vaticano, ha sido un ataque aéreo contra un hospital infantil de la ciudad de Mariupol, en el sureste de Ucrania, donde miles de civiles se encuentran atrapados y rodeados por soldados rusos sin apenas agua, comida o calefacción.
El Arzobispo Mayor de la Iglesia Grecolatina, Sviatoslav Shevchuk, ha denunciado esta situación y lamentado las dolorosas imágenes de fosas comunes con gente asesinada a la que no se le ha podido dar un descanso digno.
Durante la mañana de hoy ha tenido lugar una reunión en Turquía entre los representantes de ambos países, aunque todavía no se ha llegado a ningún acuerdo y Rusia sigue manteniendo su deseo de conquistar, manteniendo el discurso de "desnazificar" Ucrania.