Con motivo de las actividades conmemorativas por los 40 años de la Guerra de las Malvinas, el Obispo Castrense de Argentina, Mons. Santiago Olivera, alentó a vivir caminos de justicia y de verdad para consolidar una paz duradera.
El 7 de marzo, Mons. Santiago Olivera presidió una Eucaristía en la Basílica de Nuestra Señora de Luján, acompañado de su par británico, Mons. Paul Mason, y de capellanes militares de Argentina y Reino Unido, países que se enfrentaron en esa guerra.
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Mons. Olivera explicó que la asociación civil La Fe del Centurión fue el "instrumento para que una vez más tomemos conciencia de que la paz es un bien al que debemos aspirar todos y desearla vivamente".
"En verdad 'los que trabajan por la paz serán llamados hijos de Dios'. Esta es nuestra fe, esto es lo que creemos", agregó.
El Obispo Castrense explicó que lo sucedido en la guerra de Las Malvinas "nos hace pensar en los caminos que construyen a futuro un mundo donde el diálogo y el respeto sea lo primero y el valor que nos rige y marca caminos. Esto supone estar dispuestos hasta la entrega de la propia vida".
"También en nuestro tiempo, en el mundo y en nuestra propia patria, tenemos que transitar caminos de justicia y de verdad si queremos consolidar una paz duradera", afirmó.
Mons. Olivera recordó "que lo que nos salva o condena es el amor o el desamor. Los discípulos de Jesús debemos optar por el amor y como Él estamos llamados a amar siempre y a todos y como dice nuestro Papa 'a primerear en el amor'".
Asimismo, Mons. Olivera alentó a orar a la Virgen María para que "nos ayude a vivir este tiempo de conversión, a los que gobiernan las naciones, a los que vivimos en ellas, que a todos nosotros hombres y mujeres el Señor nos sostenga y ayude para vivir con criterios exigentes y posibles del Evangelio de Jesús".
Durante la Eucaristía en el Santuario de Luján, el capitán de artillería Héctor Tessey y el capitán Peter Plunkett acercaron al altar la imagen de la Virgen de Luján que acompañó a los soldados durante la guerra, en abril y mayo de 1982.
Los soldados argentinos desembarcaron en las Islas Malvinas el 2 de abril de 1982, con el fin de recuperar esos territorios tomados en 1833 por Gran Bretaña.
Tras 10 semanas de conflicto, las tropas británicas obtuvieron la victoria.
Culminada la guerra, se realizó una Misa y procesión en honor a la Virgen de Luján.
El capellán inglés ayudó a enterrar a los soldados argentinos y pidió llevar la imagen a Inglaterra para rezar por los militares fallecidos de ambos países.
Tras ser hallada en 2016 en la Catedral San Miguel y San Jorge en Aldershot de Gran Bretaña, la imagen mariana fue restituida el 30 de octubre de 2019 a Argentina.