El Papa Francisco aseguró que la santidad de las mujeres hace fecunda a la Iglesia y el mundo, en su mensaje a los participantes del Congreso Internacional Interuniversitario "Mujeres Doctoras de la Iglesia y Patronas de Europa en diálogo con el mundo de hoy", que se realiza del 7 al 8 de marzo en la Pontificia Universidad Urbaniana en Roma.
En el texto fechado el 1 de marzo, pero dado a conocer este martes 8 de marzo, cuando se celebra el Día Internacional de la Mujer, el Santo Padre expresó su deseo de que los frutos del congreso "sean estímulo para promover esa 'santidad femenina' que hace fecunda la Iglesia y el mundo".
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
El Papa destacó que el congreso celebra los aniversarios de la declaración de las santas Teresa de Jesús, Catalina de Siena, Teresa de Lisieux e Hildegarda de Bingen como Doctoras de la Iglesia.
A ella se unen las santas europeas Brígida de Suecia, Teresa Benedicta de la Cruz (Edith Stein), y Catalina de Siena, que fueron nombradas copatronas de Europa por el Papa San Juan Pablo II.
"La doctrina eminente de estas santas, por la que han sido declaradas Doctoras de la Iglesia o Patronas, cobra en estos tiempos un nuevo protagonismo por su permanencia, profundidad y oportunidad y ofrece luz y esperanza a nuestro mundo, en las actuales circunstancias, tan fragmentado y falto de armonía", dijo el Papa Francisco.
Aún "perteneciendo a épocas y lugares diversos, llevando a cabo misiones diferentes, todas tienen en común el testimonio de una vida santa".
Estas santas, continuó el Santo Padre, fueron "dóciles al Espíritu, por la gracia del Bautismo, recorrieron su camino de fe movidas, no por ideologías mutables, sino por una adhesión inquebrantable a la 'humanidad de Cristo' que permeaba sus acciones".
"También ellas se sintieron incapaces y limitadas en algún momento, 'mujercillas flacas', como diría Teresa de Jesús, ante una empresa que les superaba. ¿De dónde sacaron la fuerza para llevarla a cabo, sino del amor a Dios que llenaba sus corazones?".
Como Santa Teresa de Lisieux, estas generosas mujeres realizaron "en plenitud su vocación, 'su caminito', su proyecto de vida. Un camino asequible a todos, el de la santidad ordinaria".
"La sensibilidad actual del mundo reclama que se devuelva a la mujer la dignidad y el valor intrínseco con que ha sido dotada por el Creador", destacó el Papa Francisco.
El Pontífice destacó luego algunas características que "diseñan esa femineidad tan necesaria en la Iglesia y en el mundo: fortaleza para arrostrar dificultades, su capacidad de lo concreto, una disposición natural para ser propositivas en aras de lo más bello y humano, según el plan de Dios, y una visión clarividente del mundo y de la historia –profética– que las ha hecho sembradoras de esperanza y constructoras del futuro".
El Pontífice resaltó asimismo que "su dedicación al servicio de la humanidad se acompañaba con un gran amor a la Iglesia y al 'Dulce Cristo en la Tierra', como gustaba llamar Catalina de Siena al Papa".
"Se sintieron corresponsables en subsanar los pecados y miserias de su tiempo, y contribuyeron a la misión de evangelización desde una plena sintonía y comunión eclesial", subrayó.
"Con estos deseos, os encomiendo a la intercesión de la Virgen María, Madre de la Iglesia, y os bendigo de corazón y, por favor, recuerden, no dejen de rezar por mí", concluyó el Papa Francisco.