El lunes 7 de marzo, la Limosnería Apostólica instaló un punto de recogida de ayuda para Ucrania en el centro del Vaticano; se trata de una "colecta extraordinaria" de alimentos y medicinas para la población ucraniana.
Señalizada con banderas ucranianas, en la plaza de la Gobernación del Vaticano, que fue bombardeada durante la Segunda Guerra Mundial, se han recogido medicamentos, ropa y alimentos que posteriormente se trasladarán a la basílica romana de Santa Sofía en Vía Boccea, el centro de la comunidad ucraniana en Roma.
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Parte de esta ayuda ha sido enviada por el Papa Emérito Benedicto XVI desde el monasterio Mater Ecclesiae.
Preocupación del Papa por Ucrania
La preocupación del Papa Francisco por la situación que se está viviendo en Ucrania se ha ido materializando en diferentes acciones a lo largo de los últimos días.
Desde que comenzó la amenaza de la invasión rusa, el Papa Francisco ha mostrado su oposición a la guerra en numerosas ocasiones, sobre todo en las audiencias generales de los miércoles y en el Ángelus de los domingos.
También destacan otras actuaciones del Papa como su llamada al presidente ucraniano Zelensky o su visita a la embajada de Rusia en el Vaticano para trasladar su preocupación por el conflicto.
El pasado domingo 6 de marzo, tras el rezo del Ángelus, el Santo Padre afirmó que "la Santa Sede está dispuesta a todo" y comunicó que había enviado a dos cardenales a Ucrania para llevar su cercanía y la de todo el pueblo cristiano a quienes son víctimas de la guerra.
Además, el Santo Padre envió a través de la Limosnería Apostólica suministros médicos para los refugiados de Ucrania que se encuentran en la frontera con Polonia.
Según informó el diario oficial de la Santa Sede, L'Osservatore Romano, el Cardenal Konrad Krajewski, uno de los purpurados enviados a Ucrania, llevó personalmente a la Basílica Santa Sofía de Roma suministros médicos procedentes de la farmacia vaticana, como jeringuillas, parches y desinfectantes.