En el rezo del Ángelus de este primer domingo de Cuaresma, 6 de marzo, el Papa Francisco alentó a no dialogar con la tentación propuesta por el diablo sino imitar a Cristo que "no pacta con el mal".
"Por favor, ¡no hay que hacer tratativas con el mal! Con la tentación no se debe dialogar, no debemos caer en ese adormecimiento de la conciencia que nos hace decir: 'En el fondo, no es grave, ¡todos lo hacen así!'. Fijémonos en Jesús, que no busca acomodarse, no pacta con el mal. Se opone al diablo con la Palabra de Dios y así vence las tentaciones", afirmó el Santo Padre.
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Ante los numerosos fieles reunidos en la Plaza de San Pedro del Vaticano, el Papa invitó también a que "este tiempo de Cuaresma sea también para nosotros un tiempo de desierto".
En esta línea, el Santo Padre sugirió dedicar tiempos "al silencio y a la oración, durante el cual podamos detenernos y mirar lo que se agita en nuestro corazón".
"Hagamos claridad interior, poniéndonos ante la Palabra de Dios en la oración, para que tenga lugar en nosotros una lucha beneficiosa contra el mal que nos hace esclavos, una lucha por la libertad", aconsejó el Papa.
Al reflexionar en el pasaje del Evangelio de San Lucas que relata cuando Cristo fue tentado en el desierto, el Papa explicó cómo Jesús se opuso "victoriosamente a la atracción del mal" porque respondió a las tentaciones con la Palabra de Dios.
"El desierto simboliza la lucha contra las seducciones del mal, para aprender a elegir la verdadera libertad. De hecho, Jesús vive la experiencia del desierto justo antes de comenzar su misión pública. Es precisamente a través de esa lucha espiritual que afirma con decisión qué tipo de Mesías pretende ser", dijo el Papa.
Luego, el Santo Padre subrayó que la Palabra de Dios dice que "no hay que aprovecharse, que no hay que utilizar a Dios, a los demás y las cosas para uno mismo, que no hay que aprovecharse de la propia posición para adquirir privilegios".
"La verdadera felicidad y la libertad no están en el poseer, sino en el compartir; no en aprovecharse de los demás, sino en amarlos; no en la obsesión por el poder, sino en la alegría del servicio", advirtió el Papa.
Finalmente, el Pontífice alentó a estar atentos porque a menudo las tentaciones "se presentan bajo una aparente forma de bien" y remarcó que "el diablo, que es astuto, siempre utiliza el engaño" e "¡incluso sabe disfrazarse de motivaciones sagradas, aparentemente religiosas!"
"Si cedemos a sus halagos, acabamos justificando nuestra falsedad enmascarándola con buenas intenciones…Pidamos a la Virgen Santa que nos acompañe en el desierto cuaresmal y nos ayude en nuestro camino de conversión", concluyó el Santo Padre.
A continuación, el Evangelio comentado por el Papa Francisco:
San Lucas 4, 1-13
1Jesús, lleno de Espíritu Santo, se volvió del Jordán, y era conducido por el Espíritu en el desierto,2durante cuarenta días, tentado por el diablo. No comió nada en aquellos días y, al cabo de ellos, sintió hambre.3Entonces el diablo le dijo: «Si eres Hijo de Dios, di a esta piedra que se convierta en pan.»4Jesús le respondió: «Esta escrito: No sólo de pan vive el hombre.»5Llevándole a una altura le mostró en un instante todos los reinos de la tierra;6y le dijo el diablo: «Te daré todo el poder y la gloria de estos reinos, porque a mí me ha sido entregada, y se la doy a quien quiero.7Si, pues, me adoras, toda será tuya.»8Jesús le respondió: «Esta escrito: Adorarás al Señor tu Dios y sólo a él darás culto.»9Le llevó a Jerusalén, y le puso sobre el alero del Templo, y le dijo: «Si eres Hijo de Dios, tírate de aquí abajo;10porque está escrito: A sus ángeles te encomendará para que te guarden.11Y: En sus manos te llevarán para que no tropiece tu pie en piedra alguna.»12Jesús le respondió: «Está dicho: No tentarás al Señor tu Dios.»13Acabada toda tentación, el diablo se alejó de él hasta un tiempo oportuno.