Este viernes 5 de marzo, el Papa Francisco recibió en audiencia en el Palacio Apostólico del Vaticano a los miembros de la Liga Italiana para la Lucha contra los Tumores con motivo del centenario de su fundación y que es "la precursora histórica de los cuidados paliativos actuales".
Durante el encuentro, el Papa Francisco destacó la historia de la fundación "arraigada en un pasado rico en acontecimientos importantes y entregada a un presente de constante compromiso y abierta a un futuro de expectativas y perspectivas".
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A continuación, el Santo Padre felicitó a los pacientes y a los empleados por los 100 años de desde que se fundó la Liga Italiana para la Lucha contra los Tumores y aseguró que es "la precursora histórica de los cuidados paliativos actuales, que son tan importantes y valiosos".
"Contribuyen a construir el 'buen tejido' del que se compone Italia. Ante la realidad de tantas personas, de todas las edades, que se enfrentan a la enfermedad, ustedes han elegido, y siguen eligiendo, 'luchar' con ellos y con quienes les cuidan", aseguró.
La cultura de la indiferencia
Asimismo, el Papa habló de la amenaza de la "cultura de la indiferencia" que sufre la sociedad hoy en día y defendió que "es más necesario que nunca el acercamiento" a los enfermos y sus familias.
"La pandemia también ha ralentizado los procesos de prevención y diagnóstico, no sólo con consecuencias evidentes sobre todo en el tratamiento de la enfermedad, sino también en la tranquilidad de las familias y la sociedad en su conjunto", continuó el Papa.
El Santo Padre destacó también el compromiso de la fundación "como una forma de caridad social" que coopera con diferentes organismos. "No basta con 'hacer', hay que educar y responder a la cultura del descarte, que tiende a marginar la vulnerabilidad, la fragilidad y el sufrimiento".
"Juntos podemos frenar esta cultura que pretende afirmar un modelo de hombre "económico", que sólo es tan bueno como su producción y su consumo. Sin embargo, incluso en el sufrimiento y la enfermedad somos plenamente hombres y mujeres, sin disminuciones, reconociéndonos en esa totalidad unificada psico-físico-espiritual que sólo es propia de la persona humana", destacó el Papa.
Además, el Pontífice quiso recordar las palabras de San Juan Pablo II, sobre el "reflejo cristiano" en el sufrimiento: "Si un hombre se hace partícipe de los sufrimientos de Cristo, esto sucede porque Cristo ha abierto su sufrimiento al hombre, porque Él mismo en su sufrimiento redentor se ha hecho, en cierto sentido, partícipe de todo el sufrimiento humano. El hombre, al descubrir por medio de la fe el sufrimiento redentor de Cristo, descubre al mismo tiempo en él sus propios sufrimientos, los encuentra, por medio de la fe, enriquecidos con un nuevo contenido y un nuevo significado" (Carta Apostólica Salvifici Doloris, 11 de febrero de 1984, 19).
"Queridos amigos, seguid adelante en vuestro servicio a la gente, fieles a vuestro lema que dice: 'Prevenir y vivir'. Que os acompañe desde el cielo San Leopoldo Mandić - ¡un gran hombre! -patrón de los enfermos con tumores. También era el patrón de los 'tumores espirituales', porque confesaba y perdonaba todo. Un gran hombre misericordioso. Hoy necesitamos sacerdotes así. Con todo mi corazón os bendigo a todos, a los miembros y a vuestras familias. Y les pido por favor que no se olviden de rezar por mí, porque lo necesito", concluyó el Papa Francisco.