Al recibir este martes a los participantes en la asamblea plenaria anual de la Pontificia Comisión Bíblica que preside el Cardenal Joseph Ratzinger, el Papa Juan Pablo II señaló que las Sagradas Escrituras son una fuente de luz para la conducta humana.
“Os habéis reunido de nuevo –dijo el Santo Padre- para profundizar en un argumento muy importante: la relación entre Biblia y moral”. “Se trata de un tema que afecta no solo a los creyentes, sino de alguna manera a todas las personas de buena voluntad”, agregó el Papa.
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“Efectivamente –continuó-, a través de la Biblia, Dios habla y se revela a sí mismo e indica la base sólida y la orientación segura para el comportamiento humano.”
“Conocer a Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, reconocer su bondad infinita, saber con ánimo grato y sincero que ‘toda dádiva generosa y todo don perfecto vienen de lo alto y descienden del Padre de las luces’, descubrir en los dones que Dios nos ha dado las tareas que nos ha confiado y asumir nuestra plena responsabilidad frente a El, son algunas de las actitudes fundamentales de una moral bíblica”, dijo también.
“Vuestra tarea común es facilitar al pueblo cristiano el acceso a esos tesoros”, concluyó el Papa.
Desafío del relativismo
Durante el saludo que dirigió al Santo Padre en el encuentro, el Cardenal Joseph Ratzinger advirtió que las normas morales basadas en la razón del hombre pueden ser frágiles si no se basan en la fe.
El Purpurado señaló que en la sociedad contemporánea crece la expectativa por una ética no-confesional o “moral laica”, producida solo por la razón, e “independiente de cualquier revelación divina”.
de su amor respecto a la humanidad