El Cardenal Luis Antonio Tagle alentó a las personas a no sentirse intimidadas por el concepto de "evangelización", sino a recordar que puede ser una simple interacción humana o una conversación entre amigos, familiares, compañeros de trabajo o seguidores de redes sociales.
"A veces hacemos las cosas muy complicadas. 'Evangelización', es una conversación. Es una conversación sobre Jesús", dijo Tagle el sábado por la noche en su discurso de clausura de la conferencia sacerdotal del Vaticano.
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"La simple interacción humana o conversación centrada en la Palabra de Vida que fomenta la unidad, creo que debe fomentarse en nuestro tiempo, especialmente en las familias, las escuelas, los lugares de trabajo, los centros de recreación, los hospitales, las redes sociales, durante las pausas para el café y las reuniones simples de amigos", dijo.
Se le pidió al Cardenal Tagle, prefecto de la Congregación del Vaticano para la Evangelización de los Pueblos, que pronunciara el discurso de clausura el 19 de febrero de una conferencia vaticana de tres días sobre la teología del sacerdocio.
El Papa Francisco abrió la conferencia el jueves con una reflexión sobre sus más de 52 años de sacerdocio.
En un discurso muy animado, el Cardenal Tagle dijo que "la misión forma comunidad, que a su vez se convierte en la llama que enciende a otros misioneros".
El cardenal compartió que uno de los delegados en el Sínodo de los Obispos de 2018 (sobre los jóvenes) le había dicho que la experiencia de la Iglesia de sus amigos era de sacerdotes que estaban 'enojados, impacientes, inaccesibles'" y que "critican a las personas durante las homilías y hablan 'siempre sobre reglas'".
El Cardenal Tagle agregó que escuchar testimonios como este lo llevó a reflexionar sobre el gozo en la vida de los bautizados.
"Hay muchas razones por las que nos sentimos cansados, vacíos y sin alegría. Pero me pregunté: ¿es posible que una de las razones de la pérdida de la alegría en un bautizado o en un ministro de la iglesia sea la falta o el debilitamiento del sentido de misión?, dijo.
"Sin compromiso de misión, el sacerdocio de la vida bautizada o consagrada y el sacerdocio ministerial están privados de alegría. ¿Por qué? Porque el sacerdocio de Cristo está intrínsecamente ligado a su misión", agregó.
El discurso de Tagle marcó el final de la cumbre transmitida en vivo y titulada "Por una teología fundamental del sacerdocio", que tuvo lugar del 17 al 19 de febrero en el Salón Pablo VI del Vaticano. El simposio se anunció por primera vez en abril de 2021.
El Cardenal Marc Ouellet, prefecto de la Congregación para los Obispos del Vaticano, organizó la reunión junto con el Centro de Investigación y Antropología para las Vocaciones con sede en Francia.
El tercer y último día de la conferencia estuvo dedicado a "Celibato, carismas y espiritualidad".
"El sacerdocio de Jesús es completamente misionero y continúa siéndolo porque Él intercede eternamente por sus hermanos y hermanas ante el Padre en el santuario celestial", dijo el Purpurado.
"El sacerdocio de Jesús es una vida enteramente misionera. Quita la misión, no habrá gozo, no habrá gozo, en los que participan del sacerdocio de Cristo en el bautismo, en otros estados de vida, y en el sacerdocio ministerial", aseguró.
El Cardenal Tagle reflexionó sobre las palabras de Jesús en el Evangelio de Juan: "Como me envió el Padre, así os envío yo".
"A los que Jesús ama son a los que envía. Amor peligroso. Cuanto más te ama, más te envía", agregó.
El cardenal filipino, de 64 años, dijo que ser llamado a "pertenecer a Jesús y compartir su misión" no es cuestión de "crear o promover un proyecto propio, sino de participar en el plan salvífico de Dios en las misiones de Jesús y el Espíritu Santo."
"Es la alegría, no de inventar el propio mensaje, sino de proclamar lo que se ha oído, visto, mirado y tocado de la palabra de vida. Es el gozo, no de jactarse del propio conocimiento del Señor, sino de ser guiados humildemente por el testimonio del Espíritu Santo sobre Jesús", dijo.
"Es la alegría, no de estar obsesionado con los logros, títulos –'Oh, yo tengo un doctorado, tú solo una maestría'–. Merezco la catedral. Te mereces una parroquia de pueblo. Eso no es alegría. Es la obsesión por los logros".
"Es el gozo de la gratitud a Aquel que hace fuertes a los discípulos débiles y pecadores por Su gracia. Deseamos que cada cristiano bautizado experimente la alegría de ser un discípulo misionero", concluyó.
Traducido y adaptado por Diego López Marina. Publicado originalmente en CNA.