El Arzobispo de Corrientes (Argentina), Mons. Andrés Stanovnik, anunció que las imágenes peregrinas de la Virgen de Itatí, visitarán los decanatos de la arquidiócesis, así como las parroquias e instituciones, para llevar esperanza a las personas afectadas por los incendios forestales.
"Es para que nuestro pueblo creyente sienta su cercanía, su consuelo y su poderosa intercesión, como lo ha hecho en otros momentos de nuestra historia", expresó Mons. Stanovnik, según señala una nota arquidiocesana.
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Los incendios forestales que afectan desde enero a la provincia argentina de Corrientes –que limita con Paraguay, Brasil y Uruguay– arrasaron ya 518.965 hectáreas, generando pérdidas millonarias en campos de pequeños y grandes productores.
Asimismo, los incendios exponen a miles de ciudadanos a un inminente peligro.
La arquidiócesis señaló que "por la profunda devoción mariana del pueblo correntino, las visitas de la Virgen, intentarán de algún modo hacer sentir la protección de la tierna Madre a sus hijos, acercarla a aquellos lugares donde los incendios no dan tregua".
Las visitas de las imágenes marianas también servirán para hacer frente a la "situación generada por la pandemia que sostiene un nivel de casos activos y fallecimientos que duelen y generan profunda tristeza en la comunidad", agregó.
Las visitas han sido anunciadas para los próximos días y culminarán el domingo 27 en la Basílica de Nuestra Señora de Itatí.
Según la arquidiócesis, la peregrinación de imágenes servirá para rezar en comunión familiar para "que nuestra tierna Madre de Itatí nos ayude a superar los incendios y la pandemia del COVID-19".
Asimismo, para "que nos enseñe a ser más fraternos y solidarios, especialmente con los afectados por estos males que hoy nos aquejan; y que nos muestre el camino para volver a Dios y vivir de acuerdo con su voluntad".
Además de la iniciativa de Mons. Stanovnik, actualmente Cáritas diocesana y otras entidades civiles están recibiendo donaciones de agua mineral, bebidas isotónicas (hidratantes o deportivas), barras de cereales, entre otras cosas, para los necesitados.
Mons. Stanovnik dijo que el clero de Corrientes se une "a tantos hermanos y hermanas, que vienen rezando en sus comunidades y con sus familias en los altares hogareños, para que Dios, Padre Bueno y Misericordioso, por intercesión de la Madre de su Divino Hijo Jesús, nos libre de estas tragedias, y nos alcance la gracia de ser un pueblo, en el que todos nos amemos más, busquemos la unidad y nos preocupemos efectivamente de los que más padecen".
Finalmente, el Arzobispo invitó a rezar la siguiente oración de manera individual, en familia o en comunidad durante estas visitas de la Virgen:
Ante los sufrimientos y angustias, que oprimen especialmente a nuestra provincia a raíz de los incendios y el Covid, acudimos a ti, Madre de Dios y Madre nuestra, implorando tu protección y tu consuelo.
Vuelve a nosotros tus ojos misericordiosos en esta pandemia del coronavirus, como lo hiciste tantas de veces en la vida de nuestro pueblo correntino, y consuela a los que, para evitar el contagio, no pueden estar cerca de los enfermos; y de aquellos que se encuentran confundidos y lloran la pérdida de sus seres queridos, a veces sepultados de un modo que hiere el alma.
Infunde confianza a quienes viven en el temor de un futuro incierto, por las consecuencias en la economía y en el trabajo, a raíz del desastre ambiental que ocasionan los interminables incendios.
Ayúdanos a tomar conciencia de que esta querida Tierra es el gran recurso que Dios nos ha dado, no para ser desfigurada y explotada, sino para cultivarla y embellecerla, y en la que todos podamos vivir con dignidad.
Enséñanos a ser más fraternos y solidarios, especialmente con los afectados por estos males que hoy nos aquejan, para que salgamos generosos en ayuda de las numerosas formas de pobreza y situaciones de miseria en las que vive nuestro pueblo.
Madre nuestra, concédenos un gran amor a tu divino Hijo Jesús, para implorar por Él, con Él y en Él, al Padre de misericordia, que esta dura prueba termine y nuestra vida pueda reanudar su curso normal con serenidad, caminando en la fe, la oración y el servicio.
Nos encomendamos a Ti, que brillas en nuestro camino como signo de salvación y de esperanza. ¡Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce Virgen María! Amén.