El Papa Francisco, a través del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral, envió una contribución de 50.000 euros a Cáritas Vilnius (Lituania) para apoyar sus actividades en beneficio de los migrantes en la frontera oriental del país.
En colaboración con la Nunciatura Apostólica en Lituania, esta suma se destinará a la asistencia y a la compra de medicamentos, productos alimenticios y ropa de abrigo para aliviar las duras condiciones de vida a las que se ve sometida la población en este invierno, que desgraciadamente se ha visto agravado por la continua crisis pandémica.
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La situación de los migrantes
Este apoyo es una expresión inmediata del sentimiento de cercanía espiritual y de aliento paternal que el Papa Francisco ha manifestado repetidamente durante el Ángelus dominical de finales de 2021 y principios de 2022 hacia los migrantes, refugiados y solicitantes de asilo en esa zona.
A comienzos del mes de febrero, el Gobierno lituano repatrió a casi 300 migrantes que llegaron al país de forma ilegal a través de Bielorrusia.
Según informaron las autoridades del país, la mayoría de ellos son de origen iraquí y buscan llegar a Europa a través de países como Polonia, Lituania y Letonia.
Esta tensa situación se remonta al pasado verano de 2021, cuando más de 4.000 personas cruzaron la frontera de forma ilegal y pidieron asilo a las autoridades lituanas. Esto provocó que Vilna (capital de Lituania), reforzara su frontera construyendo una valla cientos de kilómetros.
Alrededor de unas 3.100 personas viven actualmente en diferentes centros de recepción de migrantes en Lituania y unos 1.000 han sido devueltos a sus países.