Al dirigir el rezo del Ángelus este 30 de enero, el Papa Francisco explicó a los católicos cuál es la clave para encontrar a Jesús en sus vidas, no buscando sus milagros o signos externos, sino a través de la "acogida" en sus diferentes formas.
Jesús se "presenta como no nos lo esperamos. No lo encuentra quien busca milagros, sensaciones nuevas, una fe hecha de poder y signos externos", recordó al Papa a los fieles y peregrinos reunidos en la Plaza de San Pedro para la habitual cita dominical.
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"Lo encuentra, en cambio quien acepta sus caminos y sus desafíos, sin quejas, sin sospechas, sin críticas y sin caras largas. En otras palabras, Jesús te pide que lo acojas en la realidad cotidiana que vives; en la Iglesia de hoy, tal como es; en los que están cerca de ti cada día; en la concreción de los necesitados. Ahí está Él, invitándonos a purificarnos en el río de la disposición, y en tantos y saludables baños de humildad", explicó el Santo Padre.
Al inicio del Ángelus, el Papa puso el ejemplo del Evangelio, cuando se narra la primera predicación de Jesús en su propio pueblo, Nazaret, y el rechazo absoluto de "los suyos".
"El resultado es amargo: en lugar de recibir aprobación, Jesús encuentra incomprensión y hostilidad (cf. Lc 4,21-30). Sus paisanos, más que una palabra de verdad, querían milagros, signos prodigiosos. El Señor no los realiza y ellos lo rechazan, porque dicen que ya lo conocen: es hijo de José", recordó el Papa.
En ese contexto, el Pontífice preguntó a los presentes: "¿somos acogedores, o nos parecemos a sus compatriotas, que creían saberlo todo sobre Él?".
"Quizás, después de tantos años como creyentes, pensamos que conocemos bien al Señor, con nuestras propias ideas y juicios. El riesgo es que nos acostumbremos a Jesús, que nos cerremos a sus novedades, fijos en nuestras posiciones. En cambio, el Señor pide una mente abierta y un corazón sencillo.", dijo.
Finalmente, el Santo Padre pidió a "la Virgen, modelo de humildad y disponibilidad",que " nos muestre el camino para acoger a Jesús".