En un artículo dedicado a las familias de los presos políticos arrestados tras las multitudinarias manifestaciones pacíficas del 11 de julio de 2021 en Cuba, un sacerdote católico alentó a rezar "para que la injusticia y el abuso del poder no amordacen nuestra esperanza".
En su texto publicado este 24 de enero, titulado "Sueños presos", el P. Alberto Reyes Pías, de la Arquidiócesis cubana de Camagüey, recordó que "muchas veces oí a mi padre decir que la impotencia era uno de los peores sentimientos que se podían experimentar".
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"Yo también lo creo, porque es dura esa mezcla terrible entre los sentidos despiertos y el cuerpo paralizado, esa pesadilla en vigilia, el grito que se disuelve ante miradas vacías y oídos pétreos", expresó.
"¿Cómo cambiar un ápice la desesperación y la angustia de esas familias condenadas junto a sus hijos?, ¿cómo aliviar en ellos el peso que deja la injusticia inapelable?", cuestionó.
"¿Cómo hacer entender a los que condenan y a los que han mandado a condenar que lo que están haciendo está mal? Porque es así de sencillo, así de simple: está mal", señaló.
En un acontecimiento histórico, el 11 de julio de 2021 surgieron en toda Cuba multitudinarias manifestaciones pacíficas, exigiendo el fin a la dictadura comunista que durante seis décadas ha dominado la isla y sus habitantes.
Miguel Díaz-Canel, actual presidente de Cuba, reprimió las manifestaciones con violencia y arrestando a muchos manifestantes.
En uno de sus mensajes, Díaz-Canel convocó a los simpatizantes de su régimen, diciendo que "la orden de combate está dada, a la calle los revolucionarios".
En su artículo del 24 de enero, el P. Reyes Pías señaló que "la izquierda ha aprendido a jugar la carta de la desfachatez, de la mentira mirando a los ojos, del insulto directo a la razón y a la inteligencia".
"Y desgraciadamente, la desfachatez beligerante parece lograr que el mundo 'civilizado' nos contemple con lástima inútil", lamentó.
Sin embargo, aseguró el sacerdote católico, "un día se contará otra historia, y se hablará de aquellos que salieron a las calles no solo porque creían que las cosas podían cambiar, sino porque sabían que la esperanza tiene que ver con lo que se hace".
"La libertad, como la vida, como el amor, como la amistad, tiene que trabajarse con actos, con hechos, con pasos sobre el asfalto", precisó.
El P. Reyes Pías señaló que "un día se hablará de los que salieron a sembrar los árboles que ahora nos dan cobijo, y de cómo tuvieron que pagar el precio de su siembra".
"Un día se hablará de aquellos que no esperaron a que hubiera un cambio para realizar sus sueños, sino que decidieron hacer algo para darle vida a sus sueños", dijo.
Por ahora, indicó, "nos toca acompañar, sostener y animar, a los que están entre rejas físicas y a todos aquellos a los que se les ha encarcelado la alegría".
"Nos toca rezar, para que las rejas no logren llegar a los corazones, y las almas sigan libres en medio de las sombras; rezar para que la injusticia y el abuso del poder no amordacen nuestra esperanza".
"Y rezar por aquellos que han decidido que la 'solución' está en condenar, aquellos que han visto a un pueblo pedir libertad a voz en grito pero parecen no entender nada, aquellos que ven a su pueblo emigrar en masa y parecen incapaces de pensar que tal vez toda esa gente no es la que está equivocada", expresó.
Además, dijo, ahora "toca unirse, porque la compañía en el dolor conforta, fortalece y anima, y porque la compañía en el dolor suele dar a luz a los caminos nuevos".