El viernes 14 de enero un hombre de 36 años irrumpió en una iglesia católica en la costa de Colombia y decapitó las imágenes de San José, la Virgen María y Santa Laura Montoya; un hecho que recibió el repudio de los fieles y del Obispo de Montelíbano, Mons. Mons. Farly Yovany Gil Betancur; quien sin embargo perdonó al agresor.
El ataque ocurrió en el templo parroquial de San José de Uré, en el municipio del mismo nombre en el departamento costeño de Córdoba.
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"Repudiamos todo acto vandálico que atente contra la libertad religiosa y las tradiciones de la comunidad creyente", escribió el Obispo en un comunicado publicado el sábado 15 de enero.
"Pedimos enérgicamente, que se respeten todas aquellas expresiones de religiosidad que, sin duda alguna, aportan al crecimiento en valores espirituales, familiares, culturales y humanos", expresó.
"Es verdad que esta situación deja en nuestros corazones un profundo dolor. Pero debemos seguir el camino con más compromiso, lealtad y sentido de pertenencia por nuestra Iglesia Católica. Han destruido las imágenes, pero no nuestra fe", resaltó el Prelado.
En actitud de misericordia, continuó, "ofrecemos el perdón a la persona responsable de este acto. Los cristianos no podemos devolver mal por mal. Por eso, como Iglesia, oramos por la conversión de quien ha perpetrado esta acción sacrílega".
El lunes 17 de enero la policía de Córdoba arrestó al presunto agresor, cuya identidad no ha sido revelada porque aún no se ha precisado su situación judicial.
Según informa el diario colombiano El Heraldo, el coronel Gabriel Bonilla González dijo que el sujeto, "quien al parecer presentaba alto estado de exaltación, fue dejado a disposición de la Fiscalía General de la Nación, y tendrá que responder por el delito de daño en bien ajeno".
En su comunicado, Mons. Gil Betancur dijo que "esta situación nos debe comprometer más a la atención y al cuidado de los lugares sagrados, por parte de todos".
En el comunicado se recuerda que "la devoción a San José representa para la comunidad de San José de Uré, una gran herencia espiritual, custodiada por tantas generaciones, como parte de su identidad cultural y religiosa".
"Nos solidarizamos con la comunidad de Uré, y pedimos a San José que siga protegiendo las familias de esta comunidad. Como Dios dijo a nuestro santo: 'José, hijo de David, no temas' (Mt 1,20), hoy nos dice también a nosotros: '¡No tengan miedo!'", concluye el texto.
A mediados de diciembre, un hecho similar ocurrió en la Diócesis de Montelíbano. Desconocidos profanaron y destruyeron imágenes de la Virgen María en el barrio La Lucha y a la entrada del municipio de Montelíbano.