Luego de la destrucción de una iglesia en la Diócesis de Villarrica (Chile) a raíz de un incendio, el Obispo local, Mons. Francisco Javier Stegmeier, manifestó que se puede "reconstruir el templo porque la comunidad cristiana se mantiene viva".

Durante la madrugada del 10 de enero comenzó un incendio en la parroquia San Sebastián de Curarrehue, iglesia construida en 1953 por Mons. Francisco Valdés Subercaseaux, Obispo que realizó un incansable labor de evangelización en la zona sur y fue promotor de la paz que evitó la guerra por el Canal Beagle entre Chile y Argentina en los años 80.

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Las llamas consumieron por completo la estructura de madera y las causas del siniestro aún se encuentran en investigación.

<blockquote class="twitter-tweet"><p lang="es" dir="ltr">Esto es una puñalada al corazón de todo chileno, en especial del pueblo católico. Cárcel de por vida para los responsables de este crimen de lesa humanidad. <a href="https://t.co/iJqH7kNXBO">pic.twitter.com/iJqH7kNXBO</a></p>&mdash; Cristián Araya ?? Diputado (@cristian_arayal) <a href="https://twitter.com/cristian_arayal/status/1480720364896354305?ref_src=twsrc%5Etfw">January 11, 2022</a></blockquote> <script async src="https://platform.twitter.com/widgets.js" charset="utf-8"></script>

Ante lo sucedido, el Obispo de Villarrica expresó en una carta el 11 de enero, que da "dolor e impotencia contemplar cómo en pocos minutos queda reducido a cenizas el esfuerzo de una comunidad cristiana que con fe, esperanza y amor han elevado un templo a la gloria de Dios. Casi sesenta años de historia se consumen en un instante", expresó.

Detrás del "templo material está el recuerdo de su constructor, P. Francisco Valdés Subercaseaux, la belleza de su arquitectura y toda una vida de comunión de hermanos en Cristo".

Por eso "comprendemos el dolor  y las lágrimas de los fieles y de los habitantes de Curarrehue. Además, muchas personas de distintos lugares de Chile han expresado su apoyo, su oración y también su disposición a ayudar a la reconstrucción del templo", dijo Mons. Stegmeier.

"Podemos reconstruir el templo porque la comunidad cristiana se mantiene viva. Y estoy convencido que en esta prueba ella se ha visto fortalecida en la fe. Ahora viene la etapa desafiante, no exenta de dificultades, pero hermosa de levantar de nuevo la Casa de Dios y de sus hijos", afirmó.

El Obispo de Villarrica alentó a seguir confiando en el Señor, "que se ha dignado visitarnos en este incendio" y pidió la gracia "de ser signos de fe en su Providencia, de esperanza en sus promesas y de amor a Él y a los hermanos", concluyó.