Ante la partida de los dos últimos franciscanos en la Diócesis de Copiapó (Chile), su Obispo, Mons. Ricardo Morales, alentó a la comunidad a crecer y dar fruto del carisma recibido.
Con una Misa celebrada el 9 de enero en la parroquia San Francisco, los franciscanos menores conventuales P. Fabrizio Restante y Hnos. Jack Ginting y Ramón Zas se despidieron en medio de cariñosos y emotivos gestos de la comunidad.
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"Con dolor los despedimos, se nos va un carisma, una espiritualidad, un don hermoso como es el carisma franciscano; nos embarga la tristeza. Pero estamos aquí porque sabemos que la última palabra no la tiene la tristeza, en nosotros se tiene que renovar la esperanza en el Dios de la vida", dijo Mons. Morales.
"Se van, pero no debemos quedarnos llorando este duelo; muchos aquí han recibido este carisma como un camino de santidad en sus vidas. Eso no se va con los frailes, se queda en esta comunidad y aquí debe crecer y dar fruto", agregó.
En ese sentido, alentó a todos junto al párroco que asume, P. Enrique Balzán, "asumir esta responsabilidad, esta Iglesia debe ser la del poverello de Asís; la devoción, la espiritualidad, la atención a los pobres, tienen que seguir siendo parte de esta comunidad".
En el momento del ofertorio, se presentaron un par de sandalias, signo de los 26 años de camino misionero de los franciscanos en la zona.
El P. Restante agradeció la confianza y estima de la comunidad y grupos allegados a esta y encomendaron en sus oraciones y a la protección de la Virgen de La Candelaria al nuevo párroco.
Los franciscanos, P. Restante y Hno. Ramón, fueron destinados a la comunidad en Santiago, mientras que el Hno. Jack, a Curicó.