El Papa Francisco solicitó al cuerpo diplomático acreditado ante la Santa Sede realizar un ulterior esfuerzo en la lucha contra la pandemia del COVID-19 para que todos tengan acceso a las vacunas y a la asistencia sanitaria.
"Lamentablemente, se constata con dolor que, en extensas zonas del mundo, el acceso universal a la asistencia sanitaria sigue siendo un espejismo. En un momento tan grave para toda la humanidad, reitero mi llamamiento para que los gobiernos y los entes privados implicados muestren sentido de responsabilidad, elaborando una respuesta coordinada a todos los niveles (local, nacional, regional y global), mediante nuevos modelos de solidaridad e instrumentos aptos para reforzar las capacidades de los países más necesitados", dijo el Papa a los diplomáticos reunidos en el Vaticano este 10 de enero para la tradicional audiencia anual de principio de año.
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En su largo discurso pronunciado en el aula de las bendiciones del palacio apostólico vaticano, el Pontífice reconoció que "la lucha contra la pandemia requiere aún un notable esfuerzo por parte de todos" porque este nuevo año se presenta también "desafiante" debido a que "el coronavirus sigue creando aislamiento social y cosechando víctimas".
En esta línea, el Santo Padre recordó el fallecimiento de Mons. Aldo Giordano, quien fue Nuncio Apostólico en Venezuela desde febrero de 2014 hasta mayo de 2021 y que había sido nombrado Nuncio ante la Unión Europea en Bélgica, pero que falleció por COVID en diciembre de 2021.
Luego, el Papa destacó que "en los lugares donde se ha llevado adelante una campaña de vacunación eficaz, ha disminuido el riesgo de un avance grave de la enfermedad" por lo que es importante "que se continúen los esfuerzos para inmunizar a la población lo más que se pueda".
De este modo, el Santo Padre destacó que esto requiere un compromiso "a nivel personal, político y de la comunidad internacional en su conjunto".
A nivel personal, el Santo Padre indicó que "el cuidado de la salud constituye una obligación moral" por lo que "todos tenemos la responsabilidad de cuidar de nosotros mismos y de nuestra salud, lo que se traduce también en el respeto por la salud de quien está cerca de nosotros".
Por ello, el Papa solicitó no caer en "contrastes ideológicos" porque "las vacunas no son instrumentos mágicos de curación, sino que representan ciertamente, junto con los tratamientos que se están desarrollando, la solución más razonable para la prevención de la enfermedad".
Luego, a nivel político, el Pontífice recordó que "la política debe comprometerse a buscar el bien de la población por medio de decisiones de prevención e inmunización, que interpelen también a los ciudadanos para que puedan sentirse partícipes y responsables, por medio de una comunicación transparente de las problemáticas y de las medidas idóneas para afrontarlas".
Finalmente, el Santo Padre destacó la necesidad de "un compromiso global de la comunidad internacional, para que toda la población mundial pueda acceder de la misma manera a los tratamientos médicos esenciales y a las vacunas".
De este modo, el Papa exhortó a los estados a adoptar "una política de desinteresada ayuda mutua, como principio clave para que el acceso a instrumentos diagnósticos, vacunas y fármacos esté garantizado a todos".