El Papa Francisco pidió rezar especialmente en esta Navidad por la paz en algunos países y regiones del mundo.
Así lo indicó el Santo Padre antes de impartir este 25 de diciembre la Bendición "Urbi et Orbi" (a la ciudad de Roma y el mundo) en su tradicional Mensaje de Navidad.
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
"Mientras el anuncio del nacimiento del Salvador, fuente de la verdadera paz, resuena a nuestro alrededor y en el mundo entero, vemos todavía muchos conflictos, crisis y contradicciones. Parece que no terminan nunca y casi pasan desapercibidos. Nos hemos habituado de tal manera que inmensas tragedias ya se pasan por alto; corremos el riesgo de no escuchar los gritos de dolor y desesperación de muchos de nuestros hermanos y hermanas", advirtió el Papa.
En esta línea, el Santo Padre rezó al Señor para que "en los corazones de los pueblos del continente americano prevalezcan los valores de la solidaridad, la reconciliación y la pacífica convivencia, a través del diálogo, el respeto recíproco y el reconocimiento de los derechos y los valores culturales de todos los seres humanos".
Además, el Papa pidió por Siria que "desde hace más de un decenio vive una guerra que ha provocado muchas víctimas y un número incalculable de refugiados".
También rezó por Irak "que después de un largo conflicto todavía tiene dificultad para levantarse".
"Escuchemos el grito de los niños que se alza desde Yemen, donde una enorme tragedia, olvidada por todos, se está perpetrando en silencio desde hace años, provocando muertos cada día".
Luego, el Santo Padre recordó las tensiones entre Israel y Palestina "que se prolongan sin solución, con consecuencias sociales y políticas cada vez mayores" y pidió no olvidar a Belén "el lugar en el que Jesús vio la luz, que vive tiempos difíciles, también a causa de las dificultades económicas provocadas por la pandemia, que impide a los peregrinos llegar a Tierra Santa, con efectos negativos en la vida de la población".
Asimismo, el Pontífice mencionó al Líbano "que sufre una crisis sin precedentes con condiciones económicas y sociales muy preocupantes".
De este modo, el Papa rezó al Niño Jesús para que conceda "paz y concordia a Oriente Medio y al mundo entero".
"Sostén a todos los que están comprometidos en la asistencia humanitaria a las poblaciones que se ven forzadas a huir de su patria; consuela al pueblo afgano, que desde hace más de 40 años es duramente probado por conflictos que obligan a muchos a dejar el país", afirmó.
También, el Papa invocó al Rey de las naciones para que ayude "a las autoridades políticas a pacificar las sociedades devastadas por tensiones y conflictos".
En concreto, rezó por el pueblo de Myanmar "donde la intolerancia y la violencia también golpean frecuentemente a la comunidad cristiana y los lugares de culto, y opacan el rostro pacífico de sus gentes".
"Sé luz y sostén para quienes creen y trabajan en favor del encuentro y del diálogo, yendo incluso contra corriente, y no permitas que se propaguen en Ucrania las metástasis de un conflicto gangrenoso", señaló.
En este sentido, el Santo Padre solicitó al Príncipe de la Paz interceder por Etiopía "para que vuelva a encontrar el camino de la reconciliación y la paz a través de un debate sincero, que ponga las exigencias de la población en primer lugar".
"Escucha el grito de los pueblos de la región del Sáhel, que padecen la violencia del terrorismo internacional. Dirige tu mirada a los pueblos de los países del Norte de África que sufren a causa de las divisiones, el desempleo y la desigualdad económica, y alivia los sufrimientos de muchos hermanos y hermanas que sufren por los conflictos internos de Sudán y Sudán del Sur", rezó el Papa.
Finalmente, el Santo Padre recordó el signo de esperanza que consiste en que el Hijo de Dios "se hizo carne. Vino en forma humana, compartió nuestros dramas y rompió el muro de nuestra indiferencia. En el frío de la noche extiende sus pequeños brazos hacia nosotros, está necesitado de todo, pero viene a darnos todo".
"En este día de fiesta le imploramos que suscite en nuestros corazones anhelos de reconciliación y de fraternidad. A Él dirijamos nuestra súplica", invitó el Papa.