Las autoridades comunistas de China anunciaron nuevas medidas que reprimen más la libertad religiosa, al prohibir la transmisión de Misas, homilías y educación religiosa por medios virtuales, sin su autorización.
El 20 de diciembre, la Administración Estatal de Asuntos Religiosos, organismo dependiente del Consejo de Estado del Gobierno de China, anunció que el 3 de diciembre aprobó las "Medidas administrativas para los servicios de información religiosa en Internet", informó Asia News.
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Las medidas adoptadas por el Ministerio de Seguridad de Estado y otros ministerios de China buscarían reprimir aún más el ejercicio de la libertad de religión en el país, al prohibir organizar actividades religiosas en línea sin la autorización del gobierno.
Según explicó Asia News, los "servicios de información religiosa" incluyen a las "Misas, homilías, ceremonias, actividades de formación dirigidas a cuerpos religiosos, monasterios, iglesias e individuos", entre otros.
Las disposiciones, que entrarán en vigor el 1 de marzo del próximo año, se regirán tanto para las organizaciones chinas como para las entidades extranjeras presentes en el país.
Asia News precisó que las iglesias u organizaciones religiosas podrán continuar ofreciendo estos servicios religiosos solo si logran obtener una licencia especial. Para ello, deberán presentar una solicitud al Departamento Provincial de Asuntos Religiosos.
No obstante, está prohibido que una organización religiosa o individuo recaude fondos "en nombre de la religión" en Internet.
Además, toda la información religiosa en el sitio web de la organización o individuo no debe "incitar a la subversión del poder estatal, oponerse al liderazgo del Partido [Comunista Chino], socavar el sistema socialista, la unidad nacional, ni la estabilidad social". Tampoco debe "promover el extremismo, el terrorismo, el separatismo étnico y el fanatismo religioso".
De igual modo, se prohíbe usar la comunicación por canales virtuales con los jóvenes para "inducir a los menores a hacerse religiosos", ni tampoco "organizarlos u obligarlos a participar en actividades religiosas".
Asia News señaló que las nuevas medidas reflejan la cada vez más fuerte represión contra la libertad religiosa, siguiendo las directivas del presidente de China, Xi Jinping.
A inicios de diciembre, durante las sesiones de trabajo de una conferencia religiosa nacional, el presidente Jinping y el secretario general del Partido Comunista Chino (PCCh) anunciaron su intención de mejorar el control "democrático" sobre las religiones, que en realidad significa endurecer la represión por parte del régimen.
El presidente Jinping subrayó que las religiones deben adaptarse al hecho de que China es un país socialista, lo que implica que los creyentes deben unirse al Partido y al Gobierno, y rechazar toda influencia extranjera. Por ello, se han impuesto prohibiciones a las celebraciones navideñas, que según el régimen serían una amenaza "occidental" para la cultura china.
Según AsiaNews, las autoridades del condado de Rong'an, en Guangxi, región autónoma del sur de China que limita con Vietnam, han prohibido las celebraciones navideñas en las escuelas locales bajo el argumento de que la Navidad es una "fiesta occidental" que amenaza la cultura nacional.
El aumento de las celebraciones de la "Noche de paz", un término chino para referirse al 24 de diciembre, y el día de Navidad, es percibido por el régimen del PPCh como una agresión contra la cultura china.
En ese sentido, se pidió a los profesores y a los miembros del PPCh que trabajen para defender la tradición china. Además, se llamó a los ciudadanos a denunciar ante la policía a las personas que realicen celebraciones navideñas.
El régimen del Partido Comunista Chino busca promover aún más la política de la "sinización", anunciada por Xi Jinping en 2015, cuyo objetivo de reforzar la identidad china y comunista en todas las prácticas religiosas del país.
Para lograrlo, se incluyen medidas represivas como ordenar a las iglesias que eliminen las imágenes de los Diez Mandamientos y las reemplacen con dichos de Mao Zedong y Xi.
Recientemente, en febrero, la Administración Estatal de Asuntos Religiosos hizo públicas las "Medidas administrativas para el personal religioso", un documento publicado por el Gobierno de China sobre la gestión del clero, monjes, sacerdotes, obispos, entre otros.
En febrero de 2018, el Partido Comunista Chino adoptó un "Nuevo Reglamento sobre Actividades Religiosas", que señala que el personal religioso solo puede realizar sus funciones si se adhiere a los órganos "oficiales" y se somete al PCCh.
En 2018 se firmó el Acuerdo entre China y el Vaticano sobre el nombramiento de obispos. A pesar de la suscripción y renovación de este documento en 2020, el régimen comunista no ha detenido la persecución contra los católicos, especialmente de los "no oficiales"; es decir, los no afiliados al PPCh.
El acuerdo, cuyos términos se desconocen, se hizo para ayudar a unir la Iglesia oficial -controlada por el régimen- y la Iglesia clandestina fiel a Roma. Se estima que seis millones de católicos están registrados en el PPCh, mientras que varios millones pertenecen a comunidades católicas no registradas que han permanecido leales a la Santa Sede.