La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) del Gobierno de los Estados Unidos levantó este 16 de diciembre las restricciones sobre la mifepristona, un medicamento aprobado para usarse en abortos, permitiendo que se distribuya por correo.
La decisión tomada por la FDA autorizó a los médicos a recetar las pastillas en línea y enviarlas por correo, lo que permite a las mujeres realizar abortos tempranos, hasta las diez semanas de gestación, sin salir de casa.
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La decisión de la FDA ha sido criticada por varios líderes provida de los Estados Unidos.
La FDA además eliminó el "requisito de que la mifepristona se dispense solo en determinados entornos de atención médica, específicamente en clínicas, consultorios médicos y hospitales", también conocido como "requisito de dispensación en persona", y suspendió la obligación de que las "farmacias que dispensan las pastillas estén certificadas".
Los grupos provida enfatizan que este tipo de aborto no es seguro, ni para la mujer ni para el niño por nacer.
Según el informe de vigilancia del aborto más reciente de los Centros para el Control de Enfermedades de Estados Unidos, para el año 2019, los "abortos con medicamentos tempranos" representaron el 42,3% de los abortos.
El Instituto Guttmacher, una organización de investigación reproductiva que alguna vez estuvo asociada con Planned Parenthood, documenta la ley estatal con respecto al aborto con medicamentos.
El grupo proaborto encuentra que 32 estados requieren que los médicos administren el aborto con medicamentos, 2 estados prohíben el aborto con medicamentos después de un cierto número de semanas, y 19 estados dicen que el médico debe estar físicamente presente cuando se administran las píldoras.
La modificación del jueves se produjo después de una revisión del programa REMS, un sistema de "Estrategias de evaluación y mitigación de riesgos", donde la FDA colocó la mifepristona para "mitigar el riesgo de complicaciones graves asociadas".
La FDA "determinó que los datos respaldan la modificación del REMS para reducir la carga sobre el acceso de los pacientes y el sistema de prestación de atención médica y para garantizar que los beneficios del producto superen los riesgos", se lee en el sitio web de la FDA.
El año pasado, un tribunal de distrito federal impidió que la FDA hiciera cumplir su requisito de que las mujeres que buscan un aborto deben recibir mifepristona en persona y no por correo. La demanda exitosa, presentada por la Unión Estadounidense de Libertades Civiles (ACLU), argumentó que las mujeres se arriesgaban a una exposición innecesaria al COVID-19 al tomar la píldora en persona cuando ya tenían permitido tragarla en casa.
En enero, bajo la Administración de Trump, la Corte Suprema concedió la solicitud de la FDA de restaurar el requisito. Tres meses después, bajo la Administración de Biden, la FDA anunció el levantamiento de la regla nuevamente durante la pandemia, citando la seguridad del medicamento y los riesgos relacionados con coronavirus que planteaba ir a la oficina de una clínica.
Preocupaciones provida
La medida de la FDA provocó fuertes críticas de líderes católicos y grupos provida.
"Toda vida es sagrada: la vida de las madres y la vida de los no nacidos. Esta decisión no solo promueve la trágica muerte de los no nacidos, sino que hace poco para cuidar el bienestar de las mujeres necesitadas", señaló Mons. William E. Lori de Baltimore, presidente del Comité de Pro-Actividades de la vida.
Mons. Lori indicó que "lejos del acompañamiento que merecen las mujeres en embarazos en crisis, esta decisión dejaría a las mujeres solas en medio del trauma, a menudo sin atención médica o seguimiento".
"Una de las tareas esenciales de los gobiernos es salvaguardar la salud y el bienestar de los ciudadanos", continuó. "Como tal, la FDA debe actuar para proteger la vida y la salud de las madres y los niños, en lugar de simplemente sucumbir a la presión de la industria del aborto para flexibilizar las normas de seguridad", remarcó.
Lila Rose, presidenta del grupo provida Live Action, calificó la decisión del jueves como "horrible", mientras que March for Life predijo que "conducirá a más vidas perdidas por abortos y aumentará el número de madres que sufren daños físicos y psicológicos".
La directora de políticas estatales de la Lista Susan B. Anthony, Sue Liebel, también condenó la decisión de la FDA, bajo la administración de Biden.
"El movimiento imprudente de la administración Biden pone en peligro a innumerables mujeres y niños por nacer", señaló. "El deseo de los activistas del aborto desde hace mucho tiempo ha sido convertir cada oficina de correos y farmacia en un centro de abortos. Promueven los medicamentos abortivos como fáciles, indoloros y privados. La ciencia dice lo contrario".
Anticipándose a la decisión de la FDA, el Instituto Charlotte Lozier (CLI), el brazo de investigación de la Lista Susan B. Anthony, publicó en noviembre un nuevo estudio que encontró que un mayor acceso a las píldoras abortivas representa un riesgo para la salud pública.
"La tasa de visitas a la sala de emergencias relacionadas con el aborto después de un aborto químico aumentó más del 500% entre 2002 y 2015", se lee en el comunicado de prensa. "Durante el mismo período, los abortos químicos dentro de la población del estudio aumentaron del 4,4% al 34,1% del total de abortos", agregó.
El estudio también encontró que la tasa de visitas a la sala de emergencias relacionadas con el aborto está aumentando con más rapidez para los abortos químicos que para los abortos quirúrgicos y que el aborto químico hace que los abortos posteriores sean más peligrosos.
El presidente de Students for Life of America, Kristan Hawkins, también advirtió sobre los abortos con medicamentos durante una conferencia de prensa virtual el jueves 16.
"Hoy, es muy posible que estemos enfrentando una nueva frontera del aborto", dijo. "En esencia, muerte por correo, entregada en la puerta de su casa", lamentó.
¿Qué es un aborto con medicamentos?
El obstetra-ginecólogo Anthony Levatino señaló en un video los "dos pasos" de un aborto médico o químico que se administra hasta las 10 semanas de embarazo.
Primero, "la mujer toma pastillas que contienen mifepristona", o RU-486, comenzó. Esto bloquea la hormona progesterona y hace que el "revestimiento del útero de la madre" se rompa, "cortando la sangre y la nutrición del bebé".
24 a 48 horas después, la mujer toma misoprostol o Cytotec. Juntos, estos medicamentos "causan calambres severos, contracciones y, a menudo, sangrado abundante para obligar al bebé muerto a salir del útero de la mujer".
"El proceso puede ser muy intenso y doloroso, y el sangrado y las contracciones pueden durar desde unas pocas horas hasta varios días", advirtió.
Con frecuencia, dijo, la mujer "se sentará en un inodoro mientras se prepara para expulsar al niño, que luego tirará de la cadena".
Traducido y adaptado por Harumi Suzuki. Publicado originalmente en CNA.