Haciendo un alto en sus meditaciones sobre los salmos y cánticos de la Vísperas, el Papa Juan Pablo II invitó este miércoles a los fieles, durante su audiencia general, a vivir intensamente el Triduo Pascual como el tiempo donde se revive “el gran misterio de nuestra salvación”.
Juan Pablo II recordó que en la mañana del Jueves Santo el obispo celebra con su comunidad diocesana la Misa del Crisma, en la que se bendicen los óleos.
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Por la tarde “se conmemora la Ultima Cena, con la institución de la Eucaristía y del Sacerdocio”.
El gesto del lavatorio de los pies “es un signo del mandamiento nuevo del amor” de Jesús. Después de la misa es tradicional adorar el Santísimo Sacramento hasta el día siguiente.
“El Viernes Santo -continuó- la Iglesia conmemora la pasión y muerte del Señor. La asamblea cristiana está invitada a meditar sobre el mal y el pecado que oprimen a la humanidad y sobre la salvación obrada por el sacrificio redentor de Cristo”. En este día se venera la Cruz y se suele hacer el ejercicio piadoso del Via Crucis.
El Papa señaló que el Sábado Santo “se caracteriza por un gran silencio”. En este día no están previstas celebraciones litúrgicas, “mientras los fieles, imitando a María, se preparan para el gran evento de la Resurrección”.
Por la noche tiene lugar “la solemne Vigilia Pascual, la ‘madre de todas las vigilias’”. La Iglesia, añadió, “medita la gran promesa de la definitiva liberación de la esclavitud del pecado y de la muerte”.
“El anuncio de la Resurrección irrumpe en la oscuridad de la noche y toda la creación se despierta del sueño de la muerte, para reconocer el señorío de Cristo”, agregó el Papa.
una conversión más sincera de nuestro corazón la Virgen fiel, nos acompañe