El Comité de Bioética de la Comisión Episcopal de Familia publicó un informe con los argumentos científicos que confirman el efecto abortivo de las llamadas “píldoras del día siguiente” o anticoncepción oral de emergencia (AOE).
El informe explica que las píldoras contienen Levonorgestrel, “cuyos mecanismos de acción reconocidos hasta la fecha incluyen la inhibición de la ovulación, el retardo en la movilidad de los espermatozoides y un efecto sobre la mucosa del útero que no permite la implantación del embrión humano ocasionando la pérdida del mismo”.
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Además, respaldan su denuncia en dos informes técnicos de la Dirección General de Medicamentos, Insumos y Drogas en los que se reconoce que el Levonorgestrel impide “la ovulación, la fecundación y la implantación del concebido por las alteraciones que provoca a nivel endometrial”.
Los expertos explican que el efecto del levonorgestrel dependerá del momento en que sea ingerido según “el día del ciclo menstrual o el tiempo transcurrido desde la relación coital” y de acuerdo a esto, la píldora en cuestión puede evitar la ovulación, impedir la fecundación o alterar el endometrio para evitar la implantación del óvulo ya fecundado.
“Es decir, unos cambios son contraceptivos porque inhiben la fecundación; otros, en cambio, operan después de ésta y han de ser tenidos como interceptivos o abortivos muy precoces”, indican.
Según los expertos, en su mecanismo abortivo “el Levonorgestrel altera la receptividad del endometrio impidiendo que el embrión siga su desarrollo y pueda implantarse, ya que en la mucosa uterina no se forman vasos sanguíneos suficientes, consistencia esponjosa ni espesor. Así, el ‘terreno’ no es apto y la implantación no es exitosa lo que provoca la muerte del embrión. Esta acción abortiva de Levonorgestrel, por lo precoz, suele pasar inadvertida para la madre”.
El Comité reconoce que “si todavía la mujer no ha ovulado al momento de ingerir la droga, ésta podría detener el proceso de maduración del óvulo y no habrá fecundación” pero aclara que “si la mujer está en la ovulación o muy próxima a la misma y, efectivamente se produce la fecundación, la droga actúa sobre el endometrio no permitiendo que se desarrolle, que se ponga en condiciones para que se implante el embrión, produciéndose un aborto precoz.
Cuándo comienza la vida
En su informe, los expertos también abordan el argumento de quienes ocultan el carácter abortivo de estas pastillas alegando que un aborto es la “interrupción de un embarazo” –arguyendo que éste comienza en la implantación-, y no la muerte de un concebido.
Según los expertos, ahora se quiere difundir que “nadie sabe cuándo comienza la vida humana porque la vida fluye de manera continua y está en el óvulo, en el espermatozoide y en general en cualquier célula”; pero en realidad, “sí sabemos cuándo comienza la vida humana. Comienza en la fecundación”.
“Un espermatozoide, con sólo 23 cromosomas, no es un ser humano; tampoco lo es él óvulo, con sus 23 cromosomas. Son células haploides. Ninguna de ellas por sí sola podría devenir en ser humano. Pero, cuando se unen en una entidad con 46 cromosomas, el resultado es una nueva vida”, indican.
“Éste es un dato médico. Científicamente establecido desde el descubrimiento del Genoma Humano y comprobado diariamente en la práctica de la fertilización asistida. Genéticamente, el huevo fertilizado es un ser humano, con su propio código e identidad característicos de por vida. De ahí en adelante, es simplemente una cuestión de su crecimiento y no hay duda alguna acerca de lo que él es: un ser humano”, agregan.
Para los expertos es sencillo: “El levonorgestrel utilizado en la anticoncepción oral de emergencia tiene entre sus mecanismos de acción el de impedir que el eventual óvulo fecundado, que es un embrión humano, se implante en la pared uterina, mediante un mecanismo de alteración de dicha pared. El resultado final sería la expulsión de dicho embrión y pérdida de dicho embrión. La acción antianidatoria de la AOE no es otra cosa que un aborto químico”.