En un evento organizado por la plataforma Cuba Decide, legisladores del Parlamento Europeo y de los congresos de España, Países Bajos, Canadá y Estados Unidos se reunieron en Miami para fundar el Foro Transatlántico por una Cuba Libre, en el que también participan organizaciones de la sociedad civil, la oposición y el exilio cubano.
El evento se realizó en el ayuntamiento de Miami, donde los parlamentarios reunidos se "comprometieron a incidir sobre los gobiernos e instituciones a los que pertenecen para apoyar al pueblo cubano en su demanda de libertad, interrumpir el financiamiento de la maquinaria represiva al régimen cubano, y aplicar sanciones a los responsables de violaciones graves de los derechos humanos".
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Las palabras de apertura estuvieron a cargo del secretario general de la OEA, Luis Almagro; y de Rosa María Payá, fundadora de la plataforma Cuba Decide, quien dijo que "este foro pretende coordinar las acciones en favor de la libertad de Cuba que se realizan a ambos lados del Atlántico".
Dita Charanzova, vicepresidenta de la Eurocámara, indicó que "el Parlamento Europeo ha sido muy claro: el régimen debe respetar los derechos humanos y liberar a todos los presos políticos. Si no lo hace, debe tener consecuencias".
El senador canadiense Leo Housakos afirmó que "hace tiempo que se debe escuchar al pueblo cubano, tener voz y voto en su destino y en el futuro de sus hijos. Hasta que ello no ocurra, es responsabilidad de nosotros, que no estamos sometidos a este régimen brutal, hablar por quienes están siendo silenciados".
El eurodiputado Hermann Tertsch indicó a su turno que "este foro de parlamentarios debe movilizar a los parlamentos, a los gobiernos y a los medios de comunicación", mientras que el senador neerlandés Boris Dittrich expresó su apoyo a la "la libertad para todos, para asociarse y para expresarse, por eso exigimos que todos los presos políticos sean liberados".
A continuación, el congresista estadounidense Mario Diaz-Balart leyó la Declaración de Miami que contó con el voto unánime de todos los legisladores fundadores del Foro Transatlántico.
Entre los firmantes están los eurodiputados José Ramón Bauzá de España, Carlo Fidanza de Italia y David Lega de Suecia; los congresistas estadounidenses María Elvira Salazar y Carlos Giménez; y los diputados españoles Valentina Martínez y Víctor González Coello.
La declaración, con la que queda establecida el Foro Transatlántico por una Cuba Libre, alienta a sus miembros a "incidir sobre los poderes ejecutivos de sus países e instituciones para que denuncien la ilegitimidad del régimen cubano".
El documento propone "exigir en cada foro internacional el derecho a la democracia, el pluripartidismo y las elecciones libres para el pueblo cubano."
La declaración también recuerda que "por casi 63 años, la dictadura ha impuesto un sistema basado en la exclusión y la discriminación contra cualquier cubano con una expresión divergente. El totalitarismo ha sumido a la sociedad en una profunda crisis humanitaria".
"Urgen cambios democráticos que terminen el apartheid político y permitan la construcción de un Estado de Derecho en Cuba. Denunciamos el terrorismo de estado ejercido contra los ciudadanos en Cuba con el fin de infundir el pánico y mantener el control".
"El uso excesivo de la fuerza por parte de las autoridades ha llegado a provocar la muerte de ciudadanos inocentes como fue el caso de Diurbis Laurencio el pasado 11 de Julio. Condenamos el uso de la violencia y la militarización de todo un país para impedir la manifestación pacífica de sus ciudadanos", expresa el texto.
"Exigimos la libertad inmediata de los más de 600 prisioneros políticos detenidos antes y a partir del 11 de julio", agrega.
Activistas y sacerdotes en varios lugares de Cuba denunciaron persecución, hostigamiento y la militarización de las calles para impedir las marchas pacíficas que habían sido convocadas para el lunes 15 de noviembre (15N) por la libertad de Cuba.
Las marchas se iban a llevar a cabo cuatro meses después de las multitudinarias protestas del 11 de julio (11J) que en distintos lugares de la isla se realizaron por la libertad y el fin de la dictadura, pero que fueron fuertemente reprimidas por el régimen.
La Declaración de Miami destaca que "los cubanos ya trabajan incansablemente, dentro y fuera de la Isla por el derecho a tener derechos. Necesitan del mundo democrático para no quedar aislados. Sus ilusiones y sus vidas importan para la construcción de una Cuba y un continente más libres, justos, prósperos y amantes de la paz".
"Cubanos, no están solos".