El próximo domingo 21 de noviembre el estadio de fútbol del Lazio, en Formello, a las afueras de Roma, acogerá un partido amistoso organizado por el Pontificio Consejo de la Cultura en favor de la integración de niños gravemente marginados.
El partido, que se jugará bajo el título "Fratelli tutti", en referencia a la encíclica del Papa Francisco, enfrentará al equipo de la World Rom Organization y un equipo de jugadores del Vaticano denominado "Equipo del Papa. Fratelli tutti".
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El Pontífice recibió en el Palacio Apostólico este sábado a los jugadores de ambos equipos y a los organizadores del evento, que estará destinado a recoger fondos para apoyar el proyecto "Una patada a la exclusión", promovido por la Diócesis de Roma para favorecer la inclusión de los miembros de la comunidad rom y de las personas más frágiles.
En su discurso, el Santo Padre hizo hincapié en que en este partido de fútbol un equipo jugará "con" el otro y no "contra" el otro. El partido "representa un estilo de pasión deportiva vivida con solidaridad y gratuidad".
El Papa bromeó y señaló que el "Equipo del Papa" no son los Cardenales, y detalló que formarán parte de los jugadores guardias suizos, sacerdotes que trabajan en la Curia romana, empleados vaticanos y algunos de sus hijos. También formarán parte del equipo un joven jugador con síndrome de Down y tres migrantes. "Es un equipo donde no hay barreras y que hace de la inclusión la normalidad", subrayó.
El otro equipo, el presentado por la World Rom Organization, está formado por miembros de la comunidad rom, comunidad que ha sufrido, y sufre, discriminación y marginación en distintos lugares del mundo.
En la audiencia, Francisco se dirigió a ellos: "Queridos amigos rom, conozco bien vuestra historia, vuestra realidad, vuestros miedos y vuestras esperanzas. Por esta razón os animo con particular afecto el proyecto 'Una patada a la exclusión', impulsado por la Diócesis de Roma, para que este partido no quede como un momento aislado".
Este evento deportivo "tiene un gran significado", aseguró el Papa. "Indica el camino para la convivencia pacífica y la integración. Y la base es la educación de los niños". Se trata de "un signo de esperanza. Porque los grandes sueños de los niños no pueden estrellarse contra nuestras barreras. Los niños, todos los niños, tienen el derecho de crecer juntos, sin obstáculos y sin discriminaciones. Y el deporte es un lugar de encuentro y de igualdad, y puede construir comunidad por medio de puentes de amistad".