El martes 16 de noviembre, la Cámara de Representantes de Colombia rechazó por tercera vez aprobar un proyecto de ley de eutanasia, decisión que saludó el líder provida colombiano Jesús Magaña porque "choca" con la pretención de la Corte Constitucional de querer asumir facultades que no le competen, como legislar.
En un comunicado, la Cámara de Representantes informó que el proyecto obtuvo 78 votos en contra y 65 a favor. Para que la ley fuera aprobada eran necesarios 85 votos.
Recibe las principales noticias de ACI Prensa por WhatsApp y Telegram
Cada vez es más difícil ver noticias católicas en las redes sociales. Suscríbete a nuestros canales gratuitos hoy:
El autor de la ley rechazada es el congresista liberal Juan Fernando Reyes Kuri y lleva por título proyecto "Por medio del cual se establecen disposiciones para reglamentar el derecho fundamental a morir dignamente, bajo la modalidad de muerte médicamente asistida por parte de mayores de edad".
El documento fue presentado el 20 de julio de 2021, tres días antes del fallo de la Corte Constitucional que amplió el acceso a la eutanasia para personas con enfermedades no terminales.
"Esta es la tercera vez en casi dos años que hunde un proyecto de ley de eutanasia. Y esto es muy importante porque indica que el pueblo colombiano, a través de sus representantes en el Congreso, rechaza los atentados contra la vida humana desde la fecundación hasta la muerte natural", comentó a ACI Prensa, Magaña, presidente de la plataforma Unidos por la Vida.
"Repito, esta decisión es muy importante porque choca totalmente con la Corte Constitucional, que se ha autofacultado poderes que no tiene: de ser legislador; ya que a través de sentencias está legislando de acuerdo a la ideología que profesan 5 de los 9 magistrados de la Corte. Esa es una tiranía que sufre Colombia, que lo está llevando a unas masacres con el aborto y la eutanasia", agregó.
En 2015, la Corte Constitucional de Colombia emitió un fallo con el que se despenalizó la eutanasia en el país, pero la práctica sigue siendo un delito. El 23 de julio de 2021 la Corte amplió el acceso a esta práctica para personas con enfermedades no terminales.
El proyecto rechazado el martes planteaba como requisitos para autorizar una eutanasia el "ser mayor de 18 años de edad; presentar una enfermedad terminal o enfermedad incurable avanzada; presentar un sufrimiento causado por la enfermedad que padece; capacidad y competencia mental para expresar el consentimiento libre, inequívoco e informado; únicamente un profesional de la medicina podrá realizar el procedimiento".
Magaña, que calificó la votación contra el proyecto como "una gran victoria provida", señaló que en Colombia "existe una despenalización; no está penada la eutanasia, y no existe ley, solo unos fallos de la Corte que pretenden sustituir al Congreso de la República y con ello invadir esferas ajenas a su potestad".
El congresista de Colombia Justa Libres y médico cirujano, Carlos Eduardo Acosta, también saludó la decisión mayoritaria de hundir el proyecto que pretendía reglamentar la eutanasia.
"¡Gloria a Dios! ¡Por tercera vez logramos hundir proyecto de eutanasia en plenaria de Cámara! #EutanasiaNO. ¡La dignidad está en la vida!", publicó en su cuenta de Twitter.
Y agregó: "¡Matar no es un acto médico! Nosotros hicimos un juramento hipocrático para salvar vidas y si quieren matar a alguien, lo pueden hacer en la sala de la Corte o en un pelotón".
Por su parte, la representante de Cambio Radical, Ángela Sánchez, quien se oponía a este proyecto, manifestó que "para hablar de muerte digna debemos primero hablar de los componentes de dignidad humana y vida digna que no estamos garantizando y que sin ellos muy difícilmente le daremos a los colombianos razones para querer vivir".
A fines de septiembre de este año, los obispos recordaron que "la Iglesia siempre ha insistido en el valor sagrado de la vida" y sostuvieron que "antes que la eutanasia, la ciencia y la legislación deberían adelantar y promover la 'ortotanasia'". Esta práctica busca otorgar al enfermo todos los cuidados para disminuir su sufrimiento, pero sin alterar el curso de la enfermedad y la muerte.