La promoción de la justicia y la paz es una de las prioridades del pontificado del Papa Francisco, un objetivo que se trata de alcanzar por medio del desarrollo humano integral. El Santo Padre, este miércoles 17 de noviembre, especificó dos caminos para alcanzarlo: "el cuidado de la casa común y la fraternidad y la amistad social".
Se trata de dos caminos señalados, precisamente, en el magisterio del Pontífice a través de sus encíclicas Laudato si' y Fratelli tutti.
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El Papa realizó esta enseñanza en un mensaje que envió a los participantes en el encuentro mundial de las Comisiones Justicia y Paz de las Conferencias Episcopales. El encuentro se está desarrollando desde hoy y hasta mañana en modalidad online con la vista puesta en los desafíos que presenta el mundo posterior a la pandemia de coronavirus.
En su mensaje, el Papa recordó las palabras de San Pablo VI, quien llegó a la conclusión de que el concepto de desarrollo integral de la humanidad "puede considerarse el nuevo nombre de la paz".
En ese sentido, pidió a la Iglesia, y en concreto a las Comisiones de Justicia y Paz de las Conferencias Episcopales, que sigan "trabajando activamente por la protección de la dignidad de la persona humana y sus derechos, con una opción preferencial por los pobres y los últimos. De este modo, contribuyen al crecimiento de la justicia social, económica y ecológica, y a la construcción de la paz".
El Papa añadió que "en cualquier parte del mundo el desarrollo integral y, por tanto, la justicia y la paz, sólo pueden construirse a través de estas dos vías: el cuidado de la casa común, y la fraternidad y la amistad social".
Aseguró que "se trata de dos caminos que tienen su origen en el Evangelio de Cristo, y sobre esta base podemos avanzar junto a muchos hombres y mujeres de otras denominaciones cristianas, de otras religiones e incluso con aquellos que no tengan una pertenencia religiosa particular".
El Santo Padre afirmó que es consciente "del desafío que supone el contexto actual, marcado por la crisis sanitaria y social causada por la pandemia de Covid-19, y por los viejos y nuevos brotes de conflicto que están surgiendo, mientras se tiende a retroceder respecto a los compromisos asumidos tras las inmensas tragedias del siglo pasado".
"La crisis actual ha puesto de manifiesto numerosas contradicciones en el sistema económico y político, al tiempo que persisten desafíos no resueltos que requieren el esfuerzo conjunto de muchos actores".
Por lo tanto, animó a abordar todas estas cuestiones "en colaboración con otras realidades eclesiales y civiles –locales, regionales e internacionales– comprometidas con la promoción de la justicia y la paz".