Al recibir al primer grupo de obispos norteamericanos en visita Ad Limina, el Papa Juan pablo II señaló que la reconciliación en la Iglesia tras los escándalos de inconducta sexual requiere de una renovación espiritual que parta de los obispos.
Al recibir este viernes a los obispos de las provincias eclesiásticas de Atlanta y Miami el Pontífice anunció que durante los próximos encuentros con los obispos norteamericanos desarrollará “el ejercicio de la misión episcopal a la luz del triple munus (mandato u oficio) de santificar, enseñar y gobernar”.
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“Nuestros encuentros tienen lugar en un momento difícil de la historia de la Iglesia en Estados Unidos,” dijo el Santo Padre, y añadió que “muchos de vosotros ya han hablado conmigo del dolor provocado por el escándalo de los abusos sexuales de los dos últimos años y de la necesidad urgente de reconstruir la confianza y cicatrizar las heridas que se han producido entre los obispos, sacerdotes y laicos en vuestro país”. El Papa señaló que el “afrontar los errores y fallos del pasado, aprendiendo de esta experiencia, contribuirá en gran medida a esta obra de reconciliación y renovación”.
“La historia de la Iglesia demuestra que no puede haber reforma eficaz sin la renovación interior”, de individuos, grupos e instituciones, dijo el Santo Padre; y agregó que para un obispo “el reto de la renovación interior lleva aparejada la comprensión integral de su servicio como ‘pastor gregis’ (pastor de la grey)”
Juan Pablo II señaló además que la renovación de la Iglesia “está estrechamente ligada a la renovación de la misión episcopal”; pues el obispo “debe ser el primero en conformar su vida a Cristo en santidad y conversión constante”.
Luego, tras reafirmar “mi confianza en la Iglesia en América”, el Pontífice señaló que visto con los ojos de la fe, el momento de dificultad actual es también un momento de esperanza, de esa esperanza que ‘no defrauda’ porqué está enraizada en el Espíritu Santo que constantemente inspira nuevas energías, llamadas y misiones en el Cuerpo de Cristo”.
Desafío del secularismo
Juan Pablo II señaló luego que la tarea de santificación, enseñanza y gobierno de los obispos se ve dificultada por el proceso de secularización. “El ejercicio de este testimonio profético en la sociedad americana contemporánea, como muchos habéis notado, se ha hecho cada vez más difícil por las consecuencias del reciente escándalo y la abierta hostilidad al Evangelio en algunos sectores de la opinión pública y, sin embargo, no se puede evitar o delegar”, dijo el Papa.
“Precisamente porque la sociedad americana se enfrenta con una perturbadora pérdida de sentido de lo trascendente y la afirmación de una cultura de lo material y lo efímero, necesita desesperadamente ese testimonio de esperanza,” agregó.